Sin duda una de las principales barreras para tomar la decisión de adquirir un inmueble o un negocio fuera de las propias fronteras, más si nos encontramos a 6.000 kms de distancia, es el desconocimiento de aquel mercado y la sensación de riesgo que ello nos genera. No sólo en lo relativo a sus Leyes, si no también respecto a la manera habitual de hacer las cosas, seguro muy diferente a la del mercado chino por motivos históricos y culturales.
Aquí les ofrecemos una pequeña guía, no exhaustiva pero sí concisa, sobre qué aspectos deben cuidarse si se decide invertir en ciudades como París, Londres o Barcelona:
1. El mercado europeo está mucho más maduro que cualquier mercado del sudeste asiático. En consecuencia, no espere rentabilidades superiores al 10% casi sin riesgo, como sucede por ejemplo en el sector inmobiliario en China. Eso en Europa o Estados Unidos simplemente no existe. A cambio recibirá una rentabilidad casi sin riesgo y una plataforma desde la cual acceder a uno de los principales mercados del planeta.
2. Si invierte en un negocio, apueste por inversiones que pueda “llevarse” a su país. No compre para atacar el mercado europeo, mejor compre el conocimiento y los sistemas de gestión europeos para trasladarlos a su propio mercado. La combinación de ambos factores le permitirá obtener rentabilidades excelentes.
3. No pretenda comprar tal y como lo haría en su país de procedencia, si no como se hace en el país donde se encuentra el inmueble o el negocio donde desea invertir. Acepte las reglas del juego locales, igual que usted asume que cuando alguien va a invertir/comprar a China lo hace siguiendo las condiciones de su mercado.
4. Demuestre su interés no sólo con palabras, sino con hechos (documentos, …). El mundo de la inversión lleva desarrollándose de manera profesional desde hace mucho más tiempo en Europa (no digamos en Estados Unidos) que en China, por lo que ya existen unas metodologías testadas hace mucho tiempo basadas en operativas y términos contractuales estrictos y comprobados. Y éstas se siguen a rajatabla, independientemente del país de procedencia del comprador.
5. No se crea todo lo que se rumorea o ha leído en Internet o en la prensa de su país, casi siempre suelen ser informaciones sesgadas o imprecisas. Busque a un operador local y asesórese con él sobre el terreno para disponer de una foto clara y totalmente actualizada de la viabilidad de la operación así como de todos sus riesgos legales, financieros y fiscales.
6. Intente conocer y explicar de la manera más detallada posible sus objetivos a sus representantes locales de confianza. Sólo así podrá estar seguro que le presentan las mejores oportunidades posibles, las cuales deben estar siempre alineadas con su estrategia a largo plazo.
7. No se confíe en exceso, pero tampoco piense que todo el mundo le engaña. La primera actitud le hará perder seguro mucho dinero. La segunda sin duda también, porque jamás hará nada y, en consecuencia, nunca obtendrá el beneficio resultado de su inversión.
8. Busque y compare, pero póngale límites a dicha búsqueda. La operación perfecta (alta rentabilidad, nulo riesgo) no existe, por lo que debe decidir en un plazo de tiempo acotado o su coste de oportunidad puede resultar muy superior a cualquier potencial beneficio futuro.
Y aún y cumpliendo todo lo anterior, no olvide que cualquier compra o inversión, incluso en su propio país de procedencia, conlleva un riesgo asociado. El objetivo (suyo y el de sus asesores) debe ser maximizar el binomio riesgo/rentabilidad. Pensar que existen inversiones con alta rentabilidad y sin riesgo no sólo es un error sino que simplemente es falso.
Los empresarios y propietarios europeos están deseosos de hacer negocios con inversores internacionales sin juzgar en función de su procedencia, dada la acusada madurez del mercado interno. Pero ello no significa en absoluto que estén dispuestos a regalar sus propiedades y negocios, por el mismo motivo que el inversor/comprador no regala su dinero.
Antonio Valverde Sanz
Director Área Corporate Finance
AGM Abogados – Barcelona
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