El año 2022 se perfila como un año agitado para los inversores en tecnología. El Nasdaq entró en territorio de corrección (cayendo al menos un 10% desde su máximo) en enero y se mantiene así un mes más tarde. Algunas compañías han sufrido caídas aún más severas, incluyendo OPVs preeminentes de los últimos 12 meses que ahora cotizan por debajo del nivel de sus últimas valoraciones en el mercado privado. Entre ellas se encuentran la especialista en automatización de procesos robóticos, UiPath o el bróker digital Robinhood.

¿Qué significa esto para los mercados privados y los inversores de venture capital? Según uno de los principales protagonistas del sector, puede ser una señal de que se avecinan problemas: “Si los mercados públicos se mantienen dónde están, los mercados privados, que están sobrevalorados, tendrán que equilibrarse", dijo en enero Rajeev Misra, CEO del Vision Fund de Softbank, el fondo más grande del mundo enfocado en tecnología con un tamaño de 100.000 millones de dólares. Otros han sido aún más negativos. La gestora de activos GMO ha descrito el mercado actual de renta variable estadounidense como "la cuarta súper burbuja de los últimos cien años", y creen que está a punto de desinflarse.

Siempre hay buenas razones para ser escéptico o incluso cauto sobre las perspectivas a corto plazo de los mercados, ya sean públicos o privados. Aquellos que actualmente pronostican un desastre en el futuro inmediato puede que estén o no en lo cierto.

Nosotros no vamos a ofrecer predicciones, porque creemos que no debería importar si están o no en lo cierto. En medio de las constantes fluctuaciones del mercado, la inversión en tecnología en fases iniciales exige una mentalidad largoplacista. Durante picos de volatilidad como el actual, esta mentalidad no solo prueba ser un refugio, sino que también una necesidad. El tiempo que necesita la tecnología para mostrar todo su potencial de crecimiento y dar frutos puede llegar a proporcionar el tiempo suficiente para recuperar estas caídas que además son una parte inevitable de estar invertido en cualquier activo de riesgo.

La tasa de retorno del venture capital a largo plazo habla por sí solo. En las tres décadas entre 1987 y 2017, el venture capital en EE.UU. retornó un 19,07% anual, en comparación con el 10,66% del Nasdaq o el 11,68% del Dow Industrial Average. Estos 30 años han tenido numerosas burbujas que fueron desastres rotundos, tales como la recesión de principios de los 90, la crisis financiera asiática, la burbuja de las puntocom o la crisis financiera mundial entre otros. Especialmente los dos últimos, dieron a muchos inversores el motivo suficiente para huir de los mercados y no volver nunca. Sin embargo, los rendimientos a largo plazo pusieron de manifiesto que los años buenos tienden a superar a los malos, y que los rendimientos premian a aquellos que son pacientes y están dispuestos a aguantar las tormentas pasajeras.

Aprovechar el largo plazo

Nosotros, como inversores en fondos que respaldan empresas tecnológicas en fases iniciales, nos centramos menos en los movimientos del mercado durante los próximos 12 meses y más en el potencial de crecimiento de los próximos 10 años. De hecho, creemos que un escenario de volatilidad es un momento excelente para que la gente recuerde por qué decidió invertir en tecnología, y por qué tener una mentalidad largoplacista es tan crucial para los inversores en venture capital.

Ante todo, invertir en tecnología significa alinearse con el crecimiento de la economía a futuro. Desde el ferrocarril y el telégrafo hasta internet, los grandes avances tecnológicos han facilitado enormes avances en productividad, creado nuevos modelos de negocio e incentivado el emprendimiento. Los beneficios de estos catalizadores son evidentes ya que entre 2016 y 2020, la economía de internet en Estados Unidos creció siete veces más rápido que el PIB en su conjunto.

Además de alinearse con los principales impulsores del crecimiento económico, los inversores en tecnología se posicionan en un camino interesante, ya que el sector tiene todavía por delante un considerable potencial de adopción digital. Muchas áreas de crecimiento de la economía digital se encuentran hoy en día en fases relativamente iniciales. Incluso tras las disrupciones por la pandemia y los cambios de patrones de comportamiento del 2020, el comercio electrónico sólo representa el 17,8% de las ventas globales de retail. En EE.UU., no se espera que supere la quinta parte de la cuota total hasta 2024.

En lo que respecta a inteligencia artificial, una de las tecnologías más relevantes en la actualidad, los principales sectores todavía consideran estar en fases iniciales de adopción. Sólo el 10% del sector educativo, el 25% del industrial, el 26% del de defensa y el 28% del de sanidad afirman que sus prácticas de inteligencia artificial son "maduras" y generan ingresos. En otras palabras, la penetración y el crecimiento de la tecnología en el futuro sigue siendo enorme, incluso cuando se reconoce abiertamente su importancia. Todo esto beneficia positivamente a los líderes tecnológicos del futuro, y es una fuente de retornos para quienes los respalden.

Junto al potencial de la industria tecnológica también están las dinámicas de crecimiento de muchas de estas empresas tecnológicas a largo plazo. Puede que estemos en un mercado en el que las empresas puedan crecer y escalar más rápido que nunca, pero el verdadero valor para el accionista surge a raíz de la durabilidad. Como ha demostrado el fondo NFX, el 96% del valor creado por los líderes tecnológicos de hoy se ha producido después de sus primeros años de actividad. Si bien los primeros años son muy importantes, los verdaderos beneficios sólo se generan con el tiempo, una vez que el modelo de negocio ha despegado y entrado en una espiral imparable de crecimiento exponencial.

En casos extremos, los resultados de ese crecimiento exponencial a largo plazo son difíciles de entender completamente, y mucho menos de predecir. Nadie podía prever que Facebook, que empezó siendo una red interna para estudiantes universitarios, contaría con más de un tercio de la población mundial entre sus usuarios en tan solo 20 años. O que Netflix, que empezó enviando DVDs por correo, llegaría a representar el 15% del tráfico mundial de Internet.

Esta es la gran promesa y el potencial de la inversión en tecnología. Empresas pioneras, que ayudan a reconstruir mercados e industrias enteras, alcanzando logros sorprendentes y creando un inmenso valor para sus inversores – que en las últimas décadas casi siempre han incluido a los fondos de venture capital. Creemos que esta es una realidad mucho más convincente de lo que el Nasdaq pueda hacer o no la próxima semana, o en los próximos 12 meses.

En momentos de volatilidad, es importante recordar que los grandes ganadores del mercado de capitales son producto del desarrollo y crecimiento a largo plazo, que persisten tanto en los mercados alcistas como en los bajistas. Solo con mentalidad largoplacista y tolerancia a la volatilidad, los inversores podrán conseguir alcanzar el éxito.

Por Nicolás Crespi - ncrespi@arcanopartners.com

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