El hidrógeno producido con energías renovables es un reto en la hoja de ruta de la descarbonización que gestoras como Hy24 prevé alcance su madurez en la próxima década. BBVA ha invertido diez millones en uno de sus fondos, que destina su capital a la financiación de proyectos de infraestructura de hidrógeno limpio a gran escala. Se trata del mayor fondo de hidrógeno a nivel mundial.

Dejar de lado los combustibles fósiles y mover el mundo con energías renovables. La descarbonización se presenta como uno de los grandes retos del siglo XXI y el principal desafío para hacer frente al cambio climático. En la hoja de ruta para hacerla posible, muchos han puesto su mirada en el hidrógeno, un elemento a partir del que se puede obtener energía sin necesidad de emitir gases de efecto invernadero (GEI) en un proceso que deja tras de sí un único “residuo”: el agua.

Es el caso de Hy24, una gestora que forma parte de la casa de inversión privada más grande de Europa -y en cuyo fondo de hidrógeno BBVA ha invertido- y que cuenta con expertos en la tecnología del hidrógeno. Su principal objetivo es ampliar la economía global del hidrógeno a través de oportunidades de inversión ligadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Una pieza en el puzle de la descarbonización

El hidrógeno es un vector energético. Es decir, un medio para almacenar y transportar energía que posteriormente puede ser liberada de forma controlada. A partir de un proceso químico conocido como electrólisis, se puede obtener energía eléctrica, mecánica o térmica sin producir emisiones de dióxido de carbono (CO2).

De acuerdo con la Agencia Internacional de la Energía (IEA), el hidrógeno y los combustibles a base de hidrógeno pueden desempeñar un papel importante en la descarbonización de sectores en los que las emisiones son difíciles de reducir y las soluciones alternativas no están disponibles o son difíciles de implementar. Por ejemplo, en la industria pesada y en el transporte de larga distancia.

El reto para que el hidrógeno sea una opción verdaderamente sostenible está en producirlo con energías renovables. El producto resultante es el que se conoce como hidrógeno verde. En los últimos dos años y medio, Hy24 se ha consolidado como un referente en el ecosistema de este tipo de hidrógeno: a través de su fondo The Clean H2 Infra Fund proporciona capital para financiar proyectos de infraestructura de hidrógeno limpio a gran escala en todo el mundo.

“Uno de los mayores activos de la ‘joint venture’ formada por las empresas Ardian (la casa de inversión privada más grande de Europa) y FiveTHydrogen (una firma especializada en la tecnología del hidrógeno) es su equipo, que combina un importante historial de gestión de fondos de infraestructura con la experiencia en el sector del hidrógeno. A esto se suma un contacto directo con los mejores agentes de este ámbito de todo el mundo, lo que les permite crear sinergias y acceder a nuevas oportunidades“, explica Oihane Martínez Balagué, vicepresidenta de inversiones de Hy24.

“Nuestra idea es invertir pronto, en una etapa de la vida de los activos bastante temprana, y llevarlos a la madurez”, añade. “Es algo que se ha hecho mucho en el ámbito de las infraestructuras, por ejemplo, con las renovables o los ‘data centers’. Ahora mismo es pronto, pero esperamos que en 10 o 12 años el hidrógeno sea un activo bastante maduro”.

Sinergias, industria e inversión

El fondo invierte en todo el ecosistema de infraestructuras del hidrógeno, desde el ‘upstream’ –es decir, la producción del hidrógeno– hasta el ‘downstream’ –lo relacionado con los productos y las aplicaciones que derivan del mismo–. En medio de este proceso estaría el ‘midstream’, que se centra en la distribución. En todo este abanico de posibilidades, la actividad de Hy24 incluyen la financiación de electrolizadores, de estaciones o de flotas de vehículos, por ejemplo.

“Nos gusta diversificar el riesgo en las inversiones. Nuestro reparto de activos idóneo dedicaría un 40% a la movilidad, un 45% a proyectos de ‘upstream’ y el 15% restante a ‘midstream’. Por geografías, la mitad de las inversiones estarían en Europa y Oriente Próximo, el 25% en Estados Unidos y el 25 % restante en Asia”, explica Martínez Balagué.

En los últimos dos años y medio, Hy24 ha comprobado que existen muchas oportunidades en todo lo relativo al ‘upstream’. Al sector de la movilidad todavía le falta un poco de madurez, por lo que se espera que en éste las inversiones irán creciendo a lo largo de la próxima década.

Actualmente, Hy24 tiene presencia en 13 países de todo el mundo y cuatro inversiones de la mano de Hy2Gen, Enagas Renovable, H2Mobility y Everfuel. “No tenemos un proyecto tipo, cada uno de ellos es diferente, aunque generalmente intentamos que tengan un uso industrial”, asegura la vicepresidenta de inversiones de Hy24.

"España es un país clave. Donde realmente hay potencial para sacar partido a las renovables en Europa es en la península Ibérica y en los países nórdicos”

“En nuestro proyecto con Enagás en España, en el que invertimos en el verano de 2022, el objetivo es conseguir 6,1 gigavatios de electrólisis y 8,4 gigavatios de potencia de renovables. También desarrollamos proyectos de biometano”, añade. “Asociarse a Enagás da una ventaja que pocos otros ‘players’ ofrecen. Además, desde Hy24 sabemos que España es un país clave. Donde realmente hay potencial para sacar partido a las renovables en Europa es en la península Ibérica y en los países nórdicos”.

Ventajas y desafíos del hidrógeno

Acelerar la descarbonización es fundamental, y la década actual se presenta como el momento para conseguirlo. Actualmente, y tal y como señalan desde Hy24, los combustibles fósiles todavía representan la mayor parte del suministro de energía primaria y el 84% de las emisiones globales proceden de este tipo de combustibles. Su uso sigue incrementando las emisiones de gases invernadero que a su vez aceleran el cambio climático.

Si nada cambia y las emisiones de gases de efecto invernadero no se reducen, en los próximos años se alcanzará una subida de 1,5 grados respecto al período preindustrial (1850-1900). Es decir, el límite que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) marca para no sufrir las peores consecuencias del cambio climático.

Para evitarlo, países de todo el mundo han desarrollado planes de reducción de emisiones en los que las nuevas formas de generar energía son protagonistas. Sin embargo, existen importantes desafíos, como multiplicar la inversión en energías renovables o lograr electrificar sectores como el del transporte o la industria.

“Otro problema es que los países que disponen de mayor capacidad de generación de energías renovables no son los que más consumen”, añade Martínez Balagué. “A esto se suma que las horas de generación de energía solar no coinciden con las de consumo. Para compensar estas dificultades, entra en juego el hidrógeno”.

“El hidrógeno nos permite reducir esta volatilidad, puede transportarse de forma eficiente y también ser de utilidad en sectores como el industrial o el del transporte marítimo. De este modo, puede ayudarnos a quitarle tensión al ‘grid’ eléctrico, que está tan saturado”, explica la vicepresidenta de inversiones de Hy24.

Y, para conseguir todo esto, es necesaria la inversión. Inversión para que el hidrógeno verde sea competitivo, para desarrollar la tecnología necesaria y para crear infraestructuras que permitan usarlo en todo el planeta. “En este momento somos el fondo de hidrógeno más grande a nivel mundial, y tenemos una vocación clara de desarrollar el ecosistema, darle madurez y hacer frente a los retos que están surgiendo”, concluye Martínez Balagué.

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