La inversión ESG (acrónimo en su terminología en inglés de «environmental, social and governance», es decir, criterios ambientales, sociales y de gobernanza) es sin duda un asunto de actualidad en el mundo de las finanzas pero, a menudo, se presta poca atención (o no se entiende bien) cómo las tendencias actuales están afectando directamente a la actividad diaria de una empresa común de capital riesgo. En este breve artículo intentamos aportar un poco más de color sobre algunos de los aspectos más relevantes basándonos en nuestra propia experiencia.

LA REGULACIÓN COMO PRIMER PASO PARA FORMULAR UNA ESTRATEGIA ESG

Un aspecto importante es, sin duda, el relacionado con la regulación. Entre las muchas normativas introducidas en los últimos años, posiblemente la más relevante sea el Reglamento sobre Divulgación de Información Financiera Sostenible (SFDR), que entró en vigor en 2021. El SFDR es un reglamento de la UE que establece la necesidad de que los participantes en los mercados financieros divulguen información sobre sostenibilidad y ayuden a los inversores a tomar decisiones con mayor conocimiento de causa. Un requisito importante es la necesidad de que los gestores de activos clasifiquen sus fondos en diferentes niveles (es decir, artículo 6, 8 o 9). En resumen, el artículo 6 simplemente exige un cierto nivel de transparencia en torno a la integración de los riesgos de sostenibilidad en el proceso de toma de decisiones de inversión, el impacto potencial que tales riesgos pueden tener en los rendimientos, así como las acciones que se pondrán en marcha para mitigarlos. Los requisitos aumentan sustancialmente si un fondo se registra con arreglo al artículo 8, que aboga no sólo por la transparencia, sino también por la promoción activa de las dimensiones medioambiental y social. Por último, un fondo del artículo 9 tendrá que demostrar un claro impacto positivo en la sociedad o el mediambiente (no tener un impacto negativo no sería suficiente para un fondo del artículo 9). A menos que se indique lo contrario, un fondo se clasificará por defecto en el artículo 6. Sin embargo, dado el estado actual del mercado, parece que la clasificación con arreglo al artículo 8 es la opción más obvia para garantizar una cartera de inversión sostenible y, por tanto, la mayoría de los gestores de fondos están avanzando en esa dirección.

ESG COMO MECANISMO PARA CONSEGUIR MAYOR RENTABILIDAD

Además de la regulación, la cada vez mayor atención que se presta a los factores ESG también ha empezado a repercutir significativamente en los rendimientos de las inversiones. Por un lado, las empresas que operan de manera sostenible están mejor preparadas para satisfacer la demanda actual (y futura) de los clientes (y de los reguladores). Por otro lado, unos estándares ESG elevados suelen traducirse en un mayor atractivo para un activo, lo que permite monetizar mejor la inversión a su salida. De hecho, a una empresa que opera en un sector contaminante puede resultarle muy difícil, si no imposible, atraer a un comprador institucional en la actualidad. Pero incluso las empresas con una buena reputación y escasa atención a los temas de sostenibilidad podrían ver mermada su valoración simplemente por el reducido número de compradores interesados. La evidencia empírica nos muestra que las empresas con sólidos estándares ESG arrojan valoraciones más altas en el mercado, y la prima se ha ampliado con el tiempo. En nuestra opinión, más que la regulación en sí, este segundo efecto es lo que realmente está empujando a cada vez más empresas de capital riesgo a revisar su estrategia de inversión, mejorar la diligencia debida en materia ESG a la entrada, así como a proponer ideas para mejorar el rendimiento ESG durante lo que dure una inversión.

NUESTRA EXPERIENCIA EN EL CAMINO HACIA LOS CRITERIOS ESG

Con un total de activos gestionados de 2.100 millones de euros, Portobello Capital gestiona actualmente 7 fondos, 3 de los cuales han sido registrados en virtud del artículo 8 y 1 en virtud del artículo 9 de la SFDR. Pero independientemente de la designación reglamentaria de fondos en concreto, merece la pena destacar que nuestro camino hacia la sostenibilidad empezó hace muchos años. Al convertirnos en signatarios de los Principios de Inversión Responsable de las Naciones Unidas en 2012, fuimos uno de los primeros en comprometernos con los principios de sostenibilidad. Para poder llevarlo a la práctica, desde 2015 realizamos un seguimiento de los KPI ESG en las empresas de nuestra cartera y publicamos informes para comunicar de forma transparente a nuestros inversores las prácticas y el impacto de las empresas que gestionamos. Hoy en día, nuestros procesos se han mejorado significativamente, incorporando un Comité ESG para supervisar el rendimiento de la cartera de cada empresa y evaluar la aplicación de un plan de acción ESG a medida para cada una de ellas, también con el apoyo de asesores expertos en ESG para estar constantemente al día con los cambios en las regulaciones y requisitos, así como el intercambio de las mejores prácticas. A lo largo de los años, hemos visto muchos ejemplos de cómo las empresas pueden mejorar su impacto. Desde reducir su huella de carbono instalando paneles solares o calderas de biomasa, hasta tener un impacto social significativo cooperando con fundaciones que ofrecen oportunidades a personas en riesgo de exclusión social. Desde reducir residuos y materiales gracias a envases más ligeros o reciclados, hasta mejorar el compromiso de los empleados introduciendo un mejor plan de formación y carrera profesional. Nuestra experiencia nos dice que hay un gran número de iniciativas que cualquier empresa, grande o pequeña, puede poner en marcha para mejorar su impacto.

LA IMPLICACIÓN DE LA ALTA DIRECCIÓN ES ESENCIAL PARA GARANTIZAR UNA SÓLIDA CULTURA A FAVOR DE LA SOSTENIBILIDAD

Para asegurarnos de que Portobello fomenta una cultura y una conciencia de impacto medioambiental y social, es esencial la implicación, el compromiso y la determinación de nuestros altos directivos. Esta es una de las razones por las que nuestra dirección decidió hace muchos años publicar su propio informe ESG, en el que nos comprometemos públicamente a mejorar nuestro compromiso ESG año tras año, fijando cada vez objetivos más ambiciosos para nuestra organización y nuestra cartera de empresas.

LANZAMIENTO DE ESTRATEGIAS ESPECÍFICAS PARA COMPLETAR NUESTRO ENFOQUE ESG

En los últimos años, no solo hemos elevado constantemente nuestros estándares ESG, sino que también hemos tratado de satisfacer la demanda de los inversores lanzando estrategias de impacto específicas. En este sentido, recientemente hemos cerrado nuestro primer fondo del artículo 9, Portobello Carbono Verde SCR, que se centra en proyectos de forestación y reforestación. Este fondo representa una iniciativa pionera, al ser el primer fondo ESG dedicado a impulsar proyectos de reforestación a gran escala en Europa. Vemos este proyecto como una solución climática natural en el camino hacia la descarbonización y la transición energética, en línea con el Acuerdo de París, el Green Deal europeo y los compromisos alcanzados en la última COP27. Con una capacidad de inversión de hasta 100 millones de euros, Portobello Carbono Verde SCR es la mayor iniciativa de inversión de este tipo en Europa. El Fondo promoverá la reforestación de más de 24.000 hectáreas en los próximos cinco años, lo que supondrá la plantación de 20 millones de árboles y la compensación de más de 6 millones de toneladas de CO2. Este proyecto impulsará un triple impacto en las regiones en las que operamos: un evidente impacto medioambiental gracias a la recuperación de la biodiversidad, un fuerte impacto social gracias a la generación de más de 3.000 puestos de trabajo locales, y un impacto económico gracias a la inversión directa en las economías locales y en las zonas rurales abandonadas.

CONCLUSIONES

La belleza del modelo de capital riesgo en lo que se refiere a ESG es la posibilidad de trabajar activamente junto con el equipo directivo de sus carteras de inversión en la estrategia y la implementación y, por lo tanto, influir directamente en los resultados. Al compartir las mejores prácticas entre las empresas de su cartera, las empresas de capital riesgo están en una posición única para mejorar las normas de sostenibilidad en las empresas en las que invierten. Pero es indudable que esto requiere una atención y un esfuerzo considerables. Dicho esto, esperamos que los beneficios financieros para las empresas que lo hacen bien continúen siendo significativos.

Autores: Antonio Todisco, Socio de Portobello , Marisa González Responsable Relación con Inversores de Portobello, Joan Llansó, Director en Portobello

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