La productividad empresarial viene dada con el número de actividades logradas en función a un conjunto de recursos. Estos logros son comparados con otras actividades y los objetivos propuestos. La productividad empresarial es importante porque permite fortalecer a la empresa generando mejores y mayores servicios. Permitiendo adaptarse fácilmente a los cambios en el mercado o el ingreso a un nuevo mercado.

Al tener claro cuántos productos y/o servicios podemos producir en función de los recursos utilizados, sabremos cuál nuestra capacidad operativa. Sabríamos si debemos hacer una nueva inversión para fortalecerla. Para ello es necesario un flujo de información y comunicación interna constante en el que permitamos conocer nuestras fortalezas y debilidades laborales como podría ser la de requerimiento de personal.

Priorización de tareas

Se debe priorizar las tareas según el orden de importancia. Estas vienen dadas en relación con el objetivo principal. Cuando nos centramos en ejecutar las tareas más importantes, no permiten visualizar el fruto del objetivo principal de nuestra asignación. También nos evita qué no sobrecarguemos en tareas más pequeñas, que generan resultados aislados lo que impide lograr una productividad empresarial.

Si nos centramos en tareas menos importantes, nos pueden llevar a su vez a otras tareas y hacer la asignación mucho más compleja y agobiante. Por lo que nos veremos resultados inmediatos sino una serie de posibles caos alejándonos de la productividad empresarial. Una buena asignación de recursos es vital para lograr los objetivos planteados. Estos recursos pueden ser económico, tecnológico, humanos y de tiempo.

Según la magnitud del proyecto o la tarea debemos considerar que delegar es casi siempre una buena opción. No debemos pretender encargarnos de todas las asignaciones por más conocimiento que tengamos. Debemos utilizar nuestro conocimiento para la supervisión y aumentar la productividad empresarial, delegando la ejecución a una persona o un grupo de personas.

La procrastinación

Es común que los colaboradores realicen procrastinación, es decir retrasan las acciones que deben ser ejecutadas, dejándolas para última hora, aun cuando las pueden realizar. Muchas veces lo realizan porque actuando de esta manera, les brinda la sensación de bienestar el hecho de postergar. Lo hacen sin medir conscientemente las consecuencias que puede generar dicho retraso.

Este tipo de postergación se debe a factores de estrés con la tarea que debemos realizar, miedo al fracaso, desmotivación, niveles bajos de autoestima, entre otros. Dentro de las distracciones está algún tipo de actividad social, mediante el uso de las redes sociales, el uso de la televisión, entre otros medios. Todo esto nos aleja de la productividad empresarial.

Uno de los síntomas para darnos cuenta si una persona es procrastinadora es qué insiste en realizar las tareas a última hora. Alegando que realmente siempre cuenta con mucho tiempo para realizarla y al final nunca logra tachar las tareas prioritarias. Esta acción lo ejecuta repetidamente en casi todas las ocasiones dejando aún lado la actividad a la que prioritariamente debe priorizar.

Clima laboral positivo

Lo que se desea con un clima laboral positivo es que los empleados se sientan más motivados. Para esto es necesario inicialmente crear un entorno laboral amigable que genere confianza entre equipo de trabajos. Luego fortalecer en un clima laboral corporativo más robusto hasta lograr las metas planteadas que conlleve a mejorar la productividad empresarial.

En este tipo de ambientes, cada uno de los empleados debido a sus niveles de motivación, pueden transmitir una energía contagiosa permitiendo un entusiasmo colectivo. Este entusiasmo influye inconscientemente en la productividad de la empresa. Para ello es necesario qué el empleado sea motivado mediante un conjunto recompensas.

Mantener el feedback en el que cada persona manifiesta su criterio es fundamental pues cada persona tiene una visión de la realidad y solución alterna. Además, permite qué la participación sea un elemento motivacional en el que el empleado es escuchado para valorar su opinión. Todo sea para aprender de la experiencia colectiva para el logro de los objetivos y el aumento de la productividad empresarial.

Fortalecimiento personal

En lo personal debemos fijarnos objetivos diarios, realizar actividades físicas, meditar, descansar las horas adecuadas, sentarnos correctamente, tomar un descanso entre horas de trabajo. También debemos capacitarnos constantemente en nuestras áreas. Aprender a usar la tecnología a nuestro favor cómo son equipos de cómputo y las redes sociales destinadas a profesionales.

Estas redes particularmente permitirán formar equipo de profesionales para intercambiar información. Usar la metodología más adecuada para la ejecución de las tareas. Ser transparente con el resto del equipo de trabajo, no ocultando información relevante para la mejora de las tareas. Con una disposición más bien siempre abierta y colaborativa con sentido de pertenecía enfocado en la productividad empresarial.

Compromiso de equipo

Ya sea de forma individual o colectiva, debemos asumir nuestro compromiso como profesionales para trabajar en el logro de las metas propuestas. Sí ya somos parte de un equipo de trabajo debemos corresponder hacia la confianza que han generado en nosotros para lograr la productividad empresarial. Por lo tanto, debemos realizar cada acción en función de un trabajo colectivo pues lo demás estarían haciendo lo mismo.

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