Por I.DEL CASTILLO y D. BADÍA / Expansión
Nuevo escenario en la consolidación de los grupos de cable del norte de España (Euskaltel, la gallega R y la asturiana Telecable). Un grupo de fondos de capital riesgo ha mostrado su interés a Carlyle, principal accionista de Telecable con el 85% del capital, en tomar una participación significativa en esta operadora. Los grupos interesados son BC Partners, Providence, Advent, Cinven y CVC. Este último es el actual accionista mayoritario del Grupo R, la operadora gallega de cable, que sería un socio industrial directamente interesado en la operación de consolidación.
Providence, por su parte, fue durante muchos años uno de los accionistas estratégicos de Ono hasta su venta a Vodafone.
La situación de Telecable, que es la más pequeña de las tres operadoras españolas de cable, hace que sea también la pieza que puede desequilibrar la balanza de forma que daría ventaja a R o a Euskaltel para ser el grupo dominante en las telecomunicaciones del norte de España.
En cualquier caso, Telecable parece que va a ser el primer movimiento de cualquiera de los interesados en tener protagonismo en la consolidación.
A raíz del aumento del interés por parte de los fondos, de Euskaltel y del grupo R, Carlyle, el accionista mayoritario de Telecable, ha iniciado el proceso de recepción y de análisis de las muestras de interés para lo que está trabajando con el banco de negocios Goldman Sachs, uno de los bancos con los que tradicionalmente colabora la firma de capital riesgo.
OPV
Euskaltel, empresa que prepara su OPV y está controlada en un 49,9% por Kutxabank y en un 48% por los grupos de capital riesgo Trilantic e Investindustrial, no ha ocultado su intención de liderar la consolidación de las tres operadoras del norte. Así lo está presentando a los posibles inversores durante el road show que ha efectuado en las últimas semanas en Londres y Nueva York y lo incluirá en el folleto de emisión que debe presentar ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
De hecho, la operadora lleva manteniendo contactos con Telecable durante los últimos meses, como adelantó EXPANSIÓN el pasado 18 de mayo. Además, ambos grupos han llegado a acuerdos para compartir el funcionamiento de sus redes que, aunque aún no están operativos, facilitarían enormemente la integración y las sinergias en caso de lograr el éxito en la integración de ambos grupos.
Sin embargo, los accionistas de Euskaltel han supeditado cualquier estrategia a la salida a Bolsa de la sociedad, que está prevista para finales de junio o principios de julio por medio de una OPV en la que los dos grupos de capital riesgo reducirían sustancialmente su participación.
Euskaltel teme que dedicarse ahora a la operación de Telecable retrasaría inevitablemente la OPV, que ya va muy justa de calendario para que sea posible antes del verano. Los accionistas de Euskaltel no quieren arriesgarse a tener que retrasarla porque el actual buen clima y el apetito inversor hacia España se deteriore por la incertidumbre política que se puede producir tras el verano por el proceso soberanista en Cataluña y las elecciones generales. Fuentes de Carlyle declinaron realizar comentarios sobre la operación.
540 millones por el 100%
Carlyle entró en el capital de Telecable a finales de 2011, comprando el paquete de control de Liberbank, que sigue controlando un 15%, en una operación que valoró el 100% de la operadora asturiana en 400 millones de euros.
Ahora, según fuentes del mercado, Telecable está haciendo llegar a los interesados que no está dispuesta a desprenderse de la operadora asturiana por menos de 9 veces ebitda, un precio algo inferior al que pagó Vodafone por Ono –de más de 10 veces ebitda–, pero que, en cualquier caso llevaría la valoración a una cifra cercana a los 540 millones de euros.
El grupo R está controlado por el fondo CVC y podría convertirse en un rival para Euskaltel en su objetivo de comprar Telecable o decidir integrarse con la firma vasca.
Hay que tener en cuenta que el grupo resultante de la consolidación de las tres cableras tendría una clientela muy fiel e identificada con cada marca local –especialmente en el caso de Euskaltel– así como 600.000 clientes de banda ancha y unos 850.000 de móvil.
El ebitda proforma de 2014 de ese grupo se elevaría a unos 300 millones de euros (unos 150 millones de Euskaltel, 90 millones de R y 60 millones de Telecable) que, a los múltiplos aplicados a la compra de Ono por Vodafone, supondría un valor de 3.000 millones.
Además, la unión de las tres empresas supone operar en un mercado ligeramente inferior al de Cataluña (con más de 6 millones de habitantes y un PIB de 140.000 millones de euros, por los 7,5 millones de habitantes y los 200.000 millones de PIB de Cataluña).