El concurso de acreedores no es la única opción disponible para una empresa que atraviesa dificultades de insolvencia. Los planes de reestructuración antes y la venta de la unidad productiva después del concurso son dos opciones a tener en cuenta para lograr la continuidad de la compañía.
En este artículo analizamos los pros y contras de estas alternativas al concurso de acreedores, una solución que sigue sufriendo injustamente un gran estigma negativo y que suele verse más como una manera de desmantelar el negocio que como una herramienta para su supervivencia tras un período transitorio difícil.
La última reforma concursal otorga un gran peso a los planes de reestructuración, consistentes en acuerdos preconcursales del deudor con sus acreedores o de los acreedores y que vinculen al deudor. Sin embargo, en el tiempo que lleva aplicándose la nueva norma los planes de reestructuración exitosos han sido escasos en comparación con el número de concursos de acreedores.
Esto es así fundamentalmente porque los planes de reestructuración enfrentan varias limitaciones:
En cualquier caso, el mecanismo preconcursal de reestructuración de deuda a través de un plan de reestructuración es una opción a tener muy en cuenta por su viabilidad para medianas y grandes empresas.
Cuando el concurso de acreedores fracasa y no se logra la aprobación del convenio concursal, todavía existe la posibilidad de vender la unidad productiva en liquidación. Esta es una opción que ha crecido de forma notable en el último año.
La venta de la unidad productiva es un procedimiento judicial mediante el cual se procede a la venta de todos los activos inherentes a una actividad económica (medios materiales, maquinaria, intangibles, empleados…). El comprador no asume las deudas de la sociedad anteriores a la transmisión, ya sean concursales o contra la masa. Los pasivos quedan en la sociedad concursada a no ser que los adquirentes de la unidad productiva sean socios, administradores o familiares del concursado.
Las condiciones para llevar a cabo la venta de la unidad productiva son:
Es fundamental identificar y delimitar el ámbito de la unidad productiva que se va a transmitir. Se entiende como unidad productiva una entidad económica con un conjunto de medios organizados a fin de llevar a cabo una actividad económica esencial o accesoria.
Por lo tanto, con la venta de la unidad productiva podemos salvar parte de la compañía, aquella que es rentable.
En realidad la posibilidad de vender la unidad productiva no se limita al momento de la liquidación del concurso. También puede realizarse en la fase común del concurso e incluso en el mismo escrito de solicitud. Para ello hay que incluir una propuesta escrita vinculante de compra por parte de un acreedor o de un tercero. El objetivo debe ser siempre adoptar medidas que permitan salvar la compañía lo antes posible, en una fase temprana. Si tu empresa atraviesa dificultades de insolvencia, ponte en contacto con nosotros lo antes posible para recibir asesoramiento personalizado.