Desde que la ermita de San Juan de Gaztelugatxe (País Vasco) se convirtió en Rocadragón en “Juego de Tronos”, las visitas se han tenido que limitar en esta remota zona a la que ahora acuden una media de 70.000 personas al año, según la Diputación Foral de Bizkaia.

Es un ejemplo del tirón publicitario a nivel turístico de la industria cinematográfica al que se suma el impacto económico, como prueban otros dos botones de muestra. En la ciudad de Cáceres, sólo en gasto directo, los rodajes han generado ingresos por valor de unos 12,5 millones de euros y en las Islas Canarias la inversión en producciones audiovisuales se ha sextuplicado en el último lustro, alcanzando los 224 millones el año pasado.

Un volumen de negocio alto, pero que sólo refleja una parte de lo que mueve el cine. La dificultad de obtener datos de cada productora y de estimar el gasto inducido (visitantes) y la ausencia de un estándar de medición no permiten visibilizar el verdadero alcance económico de este mercado. Desde la Asociación de Productoras Audiovisuales (PATE) se calcula que por cada euro público invertido en esta actividad se recuperan siete y en turismo se genera un retorno de 126 euros.

Palancas de atracción

Números aparte, nuestro país “vive un momento especialmente brillante en materia de rodaje”. Lo afirma Carlos Rosado, presidente de Spain Film Comission (el enlace no carga con el procolo HTTPS) , un organismo dependiente del ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital que desde hace más de dos décadas trabaja para atraer producciones extranjeras. Con una red de unas 40 oficinas autonómicas y provinciales, “hemos diversificado los lugares de rodaje” y “podemos afirmar que, en España, rodar es ágil, eficiente y económico”.

“Ya éramos competitivos en costes”, añade José Nevado, director general de PATE, pero gracias “a los atractivos incentivos fiscales a la industria, hemos recibido muchos proyectos en servicios de producción”. Si bien, “no tenemos la mejor tributación a nivel global”, apunta Fernando Victoria de Lecea, presidente de la Asociación de Productoras Españolas de Audiovisual Internacional (PROFILM), “sí otras bazas” que, en conjunto, están convirtiendo al país en un hub cinematográfico de referencia.

Más allá de la palanca más obvia, como es la climática (horas de sol y estabilidad meteorológica), Spainllywood ofrece hasta otros cinco atractivos: tributación, localizaciones, infraestructuras, talento y seguridad.

Tributación

La mayoría de países utiliza los incentivos fiscales como reclamo para atraer producciones internacionales. En el caso de España, hay un marco de deducciones[MDV1] [EHE2] (ver gráfico adjunto) que se ha ido mejorando con el tiempo. La última actualización de finales del año pasado duplicó el límite deducible en largometrajes, hasta los 20 millones, y situó el tope por capítulo de serie en 10 millones.

Asimismo, tienen su propio régimen fiscal País Vasco (cada provincia tiene el suyo) y Comunidad Foral de Navarra, por tener la competencia de Hacienda transferida, y las Islas Canarias, por su condición de territorio ultraperiférico.

Deducciones para producción cinematográfica y de series en España

España

30% (primer millón), resto 25%

Islas Canarias

54% primer millón, resto 45%

Comunidad Foral Navarra

40% primer millón, resto 35%

País Vasco

Hasta 70%

Fuente: Spain Film Comission y Film Offices regionales

El resto de regiones busca atraer producciones con ayudas directas en alojamiento, gasto en locales o transporte, entre otros.

Localizaciones

Desiertos africanos situados en Navarra, Aragón o Andalucía; selvas amazónicas en Canarias; Irlanda o Escocia en la costa cantábrica, Nueva York, Buenos Aires o Ciudad de México en Madrid, California en Cádiz... La enorme variedad de paisajes, la cercanía entre el mar y la montaña y la buena conservación del patrimonio histórico son otras potentes bazas de Spainllywood.

Infraestructuras

Y todo lo anterior, “en un sólo país dotado con buenas infraestructuras y medios de transporte, especializado en el sector servicios y con una gran oferta hotelera”, destaca De Lecea. Resalta, además, lo “atractivo” que resulta para una productora extranjera no tener que trasladar equipos técnicos y artísticos ya que en España “disponemos de personal excelentemente formado, además de una red de proveedores capaces de poner a disposición de la producción todo tipo de equipamientos e infraestructuras de la mejor calidad y siempre actualizados a las novedades del mercado tecnológico”.

Talento

Complementando lo anterior, el éxito internacional de “La casa de papel” puso el foco en “el gran talento que hay en nuestro país, con un personal técnico muy cualificado”, destaca Raúl Berdones, fundador y presidente Ejecutivo del Grupo Secuoya e impulsor del Hub Content City, el mayor centro de producción y formación audiovisual de Europa, ubicado en Madrid.

Seguridad

Aspecto de gran peso y que hace que España gane rodajes en detrimento de un territorio cercano, como es Marruecos. Pero también “seguridad desde las administraciones, damos confianza para facilitar las necesidades de cada rodaje”, apunta Raúl Torquemada, subdirector Madrid Film Office.

Hay, no obstante, aspectos de mejora en opinión de PROFILM, que reclama “seguridad jurídica a través de un certificado que acredite el cumplimiento de los requisitos para obtener la devolución fiscal, previo a realizar el desembolso, como ocurre en otros países”.

Ventanas de producción

Otro motor de crecimiento es la aparición de nuevos ‘players’. “La industria ha cambiado mucho en los últimos cinco años y, ahora, ya no va tanto de hacer cine, sino de contenidos. Y, en ese contexto, han entrado actores nuevos en el ecosistema que tienen que ver con las cadenas de las plataformas de streaming, las televisiones y las operadoras de telecomunicaciones que necesitan producto para distribuirlo entre sus clientes, lo que ha supuesto un cambio de paradigma y de la manera de financiar la industria”, apunta Jon Garaiyurrebaso, socio de Arcano ACF.

De hecho, tras el mencionado boom de “La casa de papel”, Madrid se ha posicionado como“uno de los principales centros de producción de contenidos en Europa”, asevera Raúl Torquemada, quien enumera la presencia en la capital de estudios extranjeros de grabación, como Netflix, Amazon Prime, HBO Max o Paramount Global, que se [MDV1] [EHE2] suma al “aumento de actividad” de las principales cadenas y productoras nacionales, como RTVE, Movistar Plus+, Atresmedia, Mediaset, The Mediapro Studio o el Grupo Secuoya.

Rodajes sostenibles

La sostenibilidad de las filmaciones es una de las grandes preocupaciones del sector. Entre guiones en papel, transporte, luces, catering, decorados…, el impacto ambiental medio de un rodaje de dos meses equivale a dar la vuelta al mundo en coche, consumir 15.000 botellas de plástico o generar la huella de carbono de una persona durante 15 años. Son datos de Mrs. Greenfilm, una consultora que trabaja para reducir la contaminación en las producciones.

“España debería apostar más fuerte por los rodajes sostenibles, lo que nos daría un estatus diferencial de cara a otros países competidores”, sostiene Berdones. Propone que las administraciones públicas y las plataformas cofinancien el coste de filmar atendiendo al cuidado medioambiental y que supone un incremento del presupuesto de entre el 20% y 35%. De este modo, “las productoras serán cada vez más eficientes”, asegura.

Turismo de pantalla

Además del impacto económico directo (contratación de personal) e indirecto (alojamiento, restauración, compras en comercios), el inducido (promoción turística) es “una externalidad positiva de la industria visual que origina el turismo de pantalla, algo que se lleva produciendo desde hace muchísimos años, y que los países potencian, a veces, con proyectos casi a medida”, señala Miguel Doria, socio de Arcano ACF.

De hecho, un estudio (enlace correcto: https://xl4z.mj.am/nl2/xl4z/lgs45.html) de la consultora RCI Research avala con cifras ese fenómeno al calcular que 80 millones de viajeros[MDV1] [EHE2] eligen su destino basándose en películas y series, una cantidad anual que dobla las cifras de los últimos cinco años. El informe es de hace un lustro, pero sirve para dimensionar el impacto.

Otro informe más reciente -y local- de Netflix analiza en España la relación entre el impacto de los contenidos y el interés por viajar. Concluye que es 2,4 veces más probable que un suscriptor quiera visitar como primera opción al país de origen de las producciones y 1,8 veces más probable que desee aprender su idioma.

Sin duda, como muchas otras actividades económicas, la colaboración público-privada es indispensable para mantener encendidos los focos de Spainllywood y dar a conocer y revitalizar lugares recónditos o promocionar cultura y estilos de vida.

El próximo episodio, que ya se está rodando al calor de los fondos europeos Next Generation (1.603 millones de euros 2021-2025), es “España, Hub Audiovisual de Europa”, un plan cuyo objetivo será convertir al país en epicentro de rodajes. ¡Acción!

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