La revolución digital va por modas, y ahora despierta el filón de la tecnología aplicada a la paquetería urbana: grandes comercios, desde Amazon a Fnac, empiezan a hablar de entregas en el mismo día, en una hora.
Siguendo esta corriente, hay ahora mismo en Barcelona al menos media docena de proyectos dedicados a desarrollar aplicaciones. Shargo, creada a finales del 2015, acaba de levantar una ronda de inversión de 214.000 euros. Muestra del interés que despierta este futuro en el comercio, la inversión ha estado liderada por Òptica Universitària junto a varios inversores privados, como Francesc Pi, Josep Maria Playà, Javier Cornejo y otros directivos en áreas de logística. Shargo espera complementar con unos 300.000 euros de créditos públicos.
Los fundadores son Pau Castillo (como consejero delegado), David Castillo, procedente de Pricewaterhouse, que ha acompañado el desarrollo legal de la empresa, así como la ronda; los ingenieros Guillem Solé y Pau Ballart, que desarrollan la plataforma desde Los Ángeles, y Eloi Urdangarin para el diseño.
Shargo está enfocado al negocio entre empresas, para gestionar el envío recurrente de paquetes dentro de la ciudad aprovechando la movilidad de autónomos que trabajen para la compañía: un modelo como el de Uber, por ejemplo, pero enfocado a dar servicio a cadenas de tiendas, servicios de recambios, floristerías. O también a la gestión de la logística inversa (recogida de devoluciones de paquetes o envases vacíos).
"Nuestra clave es la plataforma tecnológica", explican los fundadores. Shargo negocia ahora con empresas de paquetería convencionales para asociarse en la gestión de "la última milla". "Este es un modelo escalable, pero primero debemos entender bien el mercado en Barcelona, para luego saltar a otras ciudades"
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El CDTI Innovación, a través de su programa Innvierte, conjuntamente...
