Nacido en Carcassone (Francia), Jean-Francois Alandry vino a Barcelona con 27 años para hacer el servicio militar en el consulado francés y decidió quedarse en la capital catalana. A sus 50 años, acumula una larga experiencia en fusiones y adquisiciones de empresas al frente de Eurohold, consultora barcelonesa de la que es confundador y socio. Con una red de diez oficinas en ciudades de Europa y Asia, Alandry asegura que la firma –fundada en 1989– está viviendo en 2014 un “año récord” en operaciones corporativas, la mayor parte de ellas en España.
Licenciado en Finanzas por la Escuela Superior de Comercio de Lyon y máster en Técnicas Financieras por la Essec parisina, Alandry se siente “francoespañol o hispanofrancés”. “Cuando voy a París estoy encantado, pero estoy más contento cuando vuelvo a Barcelona”, dice el socio de Eurohold, firma con sede en la capital catalana y con oficinas en Madrid, París, Ginebra, Múnich, Estambul, Moscú, Johannesburgo, Pekín y Londres, donde acaba de aterrizar. “Hacer corporate finance sin presencia global es extremadamente complejo”, dice Alandry para justificar el desarrollo internacional de la firma, que ha intervenido en transacciones como la venta de iParquing a Diusframi o la compra por Eurocopter de una división de TAF Helicòpters. “Si recibes un mandato de venta en moda y no estás en China, no tienes nada que hacer”, argumenta.
-¿A qué atribuye la reactivación de la compraventa de empresas?
El mercado de las fusiones y adquisiciones se está recuperando dos o tres años antes de que lo haga la economía española. Hay un aterrizaje masivo de fondos y de empresas que entran ahora en España porque quieren invertir bien antes de que repunte la economía, aunque de esta forma contribuyen también a su reactivación. Los inversores saben que la recuperación económica está cerca y que la ventana temporal para comprar empresas a buen precio es reducida: de ahí que haya unas ciertas prisas para aprovechar la oportunidad.
-¿Dice que faltan todavía dos o tres para la recuperación de la economía española?
Sí: por ahora las tasas de crecimiento del producto interior bruto son pequeñas para crear empleo.
-¿España mantiene su atractivo para los inversores extranjeros?
Además de exportar productos, desde aquí se pueden prestar a las empresas extranjeras servicios de nearshore [subcontratación o externalización de una actividad con salarios más bajos que en el propio país de origen]. Se trata de servicios de calidad, pero a precios competitivos, y eso está atrayendo a muchas multinacionales. Además, aunque España nunca ha sido un país de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), ahora existe un cierto movimiento en esa línea y hay muchas nuevas empresas de biotecnología o de tecnologías de la información y la comunicación (TIC); este fenómeno también está animando el mercado de las operaciones corporativas, sobre todo en Catalunya.
-¿Está todo en venta? ¿Se vende todo?
No está en venta todo ahora. Hay empresas que han sobrevivido a la crisis y que quieren recuperar los niveles de ebitda anteriores a la recesión, por lo que necesitan un tiempo para alcanzar un valor óptimo; entonces será un mejor momento para que se vendan. Como siempre, además, existen operaciones de venta de empresas ligadas a la falta de financiación –que sigue siendo un problema para las pymes–, a la reducida dimensión de la firma o al cambio generacional en el caso de la compañía familiar.
-Pero también hay algunas empresas españolas que compran fuera...
Sí, hasta ahora lo hacían en Latinoamérica o en el Norte de África, pero ahora hay compañías que se han dado cuenta de que existen oportunidades al norte de los Pirineos y que están comprando empresas, por ejemplo, en Francia.
-Puede producir una cierta tristeza la venta de una empresa...
No. A menudo los empresarios que venden su negocio son emprendedores en serie: con más dinero y con más experiencia y conocimientos montan una segunda empresa que puede ser más exitosa y más adecuada al entorno temporal que la anterior.
-Se ha referido antes a los fondos de capital riesgo. ¿Cómo juzga su papel?
Los socios financieros aportan a las empresas rigor, visibilidad y capacidad de expansión internacional, lo que contribuye a su crecimiento. Por regla general, el capital riesgo ha creado bastante valor, aunque hubo operaciones que salieron mal porque estaban sobreapalancadas: se llegó a olvidar que la deuda hay que pagarla. Ahora, los fondos de capital riesgo tienen un hambre brutal en España, ya que están liberando mucha liquidez.
-¿Influye en las operaciones corporativas la situación políticaenCatalunya?
Ahora no está afectando negativamente. Lo que pasa es que los inversores son bastante cautelosos. Si hubiera una decisión clara de ir hacia un proceso de independencia de Catalunya, entonces el mercado se podría enfriar o paralizar. Puede llegar el momento de la duda.
Operaciones de cocción más lenta
Jean-François Alandry dice que cerrar la compraventa de una empresa suele exigir ahora entre seis y doce meses, cuando antes de la crisis lo normal era formalizarlas en un periodo de entre cuatro y seis meses. Además, advierte de que existe un alto grado de volatilidad: “una operación –señala– se puede caer por muchos factores”. Otro problema consiste en que “en un mercado a la baja el cierre se complica por las expectativas de degradación del valor de la compañía”. El socio de Eurohold afirma que, en este negocio, “lo más bonito son las relaciones humanas”: “antes que entender la empresa y el sector, hay que entender a la persona”, indica. “Muchas veces nuestra recomendación al empresario que quiere vender su negocio es decirle que no lo haga, que espere”, relata el experto en operaciones corporativas.
“Quien vende una empresa tiene más dinero y más conocimientos para montar un segundo negocio”
“España nunca ha sido un país de I+D+i, pero ahora hay un cierto movimiento en esa línea, sobre todo en Catalunya”
“A muchas multinacionales les atraen los servicios de ‘nearshore’ que prestan las empresas españolas”
Entrevista realizada por José Orihuel / Expansión. Publicada el 14 de octubre de 2014