Por S. Saiz / Expansión
La Unión Europea tiene previsto dar luz verde durante el primer semestre del año a la nueva normativa que regula los fondos de inversión a largo plazo europeos, un nuevo vehículo que flexibiliza las posibilidades del capital riesgo tradicional, que hasta ahora no podía comprar activos inmobiliarios ni compañías cotizadas.
En el momento en el que una gestora decide diversificar sus inversiones, la normativa vigente le obliga a crear diferentes fondos en función del activo que quieran adquirir, algo especialmente complicado para las firmas de capital riesgo más modestas, que prefieren mantenerse en su negocio tradicional y hacer pequeñas incursiones en otros mercados, como el de deuda, o adquirir un edificio.
El nuevo modelo que entrará en vigor en la UE es un híbrido que mantiene las características de los fondos de capital riesgo, pero les permite, aunque con ciertas condiciones, entrar en inmobiliario o en firmas cotizadas.
Desde Dentons explican los aspectos claves: son fondos de tipo cerrado, pero podrán ofrecer reembolsos a sus accionistas; el 70% de su patrimonio deberá seguir destinándose a empresas no financieras y activos reales, como infraestructuras, o inmuebles con un componente social; el 30% restante podrá destinarse a valores mobiliarios e instrumentos del mercado monetario; estos vehículos podrán participar en empresas cotizadas de pequeña capitalización; inicialmente, están destinados a inversores institucionales, aunque está permitido su comercialización entre particulares.
Tras su entrada en vigor, no hay necesidad de que esta normativa sea transpuesta al ordenamiento español, por lo que las gestoras nacionales podrán utilizarlas en el marco de la UE.
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