Anda más movido que de costumbre, si es que eso es posible: casi cinco años después de su creación, Ulabox ha lanzado en septiembre su primera campaña de publicidad, y eso significa que estos días "las ventas se multiplican por dos, o más". Jaume Gomà mantiene la calma aparente, con esa mueca de satisfacción contenida propia de un emprendedor que empieza a recoger los frutos después de años sembrando y escuchando que "esto que queréis hacer es imposible, estáis locos". Gomà es el consejero delegado y uno de los fundadores de Ulabox, el supermercado online que ha decidido ser el antisúper, "porque revolucionamos radicalmente el mundo del supermercado, y eso sólo se puede hacer si no eres del sector, si no tienes vicios adquiridos. Sabemos qué necesita el usuario -tiempo, comodidad-, y tenemos la tecnología para hacerlo posible".
Cuando en 2010, en un Investors' Day de SeedRocket, Gomà conoció a David Baratech y Sergi de Pablos, ninguno de los tres sabía apenas nada de supermercados. Luego se sumaron Ricardo, Eduard y David: compartían amigos comunes, experiencia profesional en internet, y ganas de comerse el mundo.
Jaume Gomà (1974) explica que "la idea de montar algo la he tenido siempre: quizás por el hecho de haber vivido en una casa dentro del recinto fabril (su padre era tercera generación propietaria de una fábrica de papel y cartón ondulado, en La Riba (Alt Camp)). Allí Gomà dice que creció siendo un "niño de pueblo", hasta que a los 13 años la familia se trasladó a Barcelona, para que él y sus tres hermanos siguieran estudiando. Su carácter "inconformista e innovador" ya se hizo notar en los jesuitas, terminó bien los estudios de Turismo, llegó hasta segundo de ADE. "Nada me aportaba lo que yo quería: aprender a gestionar empresas turísticas". Al mismo tiempo ya había conseguido vivir de su gran pasión: el esquí, trabajando de guía, monitor¿ "pasaba los inviernos entre Andorra y los Alpes".
Hasta que en 1999 dio el salto al mundo de internet: se convirtió en el segundo empleado de Barcelona Online, una revista para turistas que viraba su modelo hacia el online y que acabó convertida en agencia de viajes. Y luego saltó al mundo de la gran empresa, en Eresmas, como responsable del vertical de viajes; tras 8 años entre Madrid y Barcelona, se fue cuando la empresa ya era Orange, y él adjunto al director general de Internet. Entonces, en 2008, fue al grupo Anuntis, como director general de Segundamano. También había empezado a hacer de mentor e inversor en SeedRocket.
"Yo veía que con esa experiencia crecía de forma salvaje, que eso me iba a aportar mucho. Visto lo visto, pensé que era mejor prepararse bien. No hay prisa para emprender. No hay que mitificar a los jóvenes emprendedores. Cuando tienes madurez, eres más humilde para saber en qué necesitas ayuda, y tienes conocimientos y contactos que dan mejores garantías. Eso me ha ido bien". Pero llegar hasta aquí no ha sido un camino de rosas: "en una historia de emprendedores hay satisfacciones, pero también una dureza y sacrificio brutales".
Mientras habla, no quita ojo al portátil, ni al móvil: "Eso es muy digital y del management de la época moderna, no nos queda más", se justifica. Dice que no tiene tiempo para nada que no sea Ulabox, y por eso, ahora es cuando más se exige en su faceta deportiva: "Cuando no tienes tiempo, te obligas a ponerle método". De los "mil y un" deportes que ha practicado -desde el karate hasta el kite surf; "para los de pelota soy patoso"-, empezó a entrenar para carreras de montaña de largo recorrido: "En temas de aguante mental, la capacidad de gestionar un objetivo a largo plazo, es similar al mundo del emprendimiento". Combina el correr con el esquí de montaña y la bicicleta.
En Ulabox empezaron 6 y ya son 50 empleados. En 2014 facturó 4 millones, el doble que el año anterior. El grupo portugués Sonae ha entrado con 5 millones en el accionariado, donde ya están Miquel Alimentació, Cabiedes y otros business angels. "Esta revolución ya ha pasado en otros sectores, pero en la distribución, las empresas tradicionales han hecho mal uso de la tecnología. Ahora ya nos tienen en el radar, y eso es una satisfacción". Pero a Gomà no le basta: "no dejaremos de innovar, esto acaba de empezar". Y energía no le falta.
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