La francesa Tikehau Capital no es una firma de inversión o de gestión de activos convencional. No lo es por la filosofía de sus dos fundadores, Mathieu Chabran y Antoine Flamarion, forjados en la más pura banca de inversión al estilo Goldman o Merrill Lynch y decididos a no repetir los esquemas cuando, en 2004 y con ambos en la treintena, decidieron dar el salto a su propio negocio.

Tampoco por su estrategia. Tikehau hace gestión de activos, pero principalmente alternativos; presta a empresas, pero a través de fondos que tienen como meta ofrecer la máxima flexibilidad de financiación; busca inversiones de capital riesgo, pero minoritarias, en empresas de crecimiento a las que puedan acompañar en su proceso de maduración. “El ámbito de Tikehau es proveer capital a empresas en las cuales creemos”, resume Thomas Friedberger, director general y codirector de inversiones. Por eso, dentro de la firma prefieren referirse al “capital de crecimiento” para aludir a esta actividad.

Y siempre con ellos mismos como principales ganadores o perdedores de la apuesta, porque de cada fondo o vehículo de inversión que levantan entre el 5% y el 7% lo pone Tikehau. Es más, hasta ahora el dinero de todas sus apuestas de capital riesgo ha salido de su propio balance y suma ya 2.300 millones de euros en una entidad con 12.600 millones en activos bajo gestión y que aspira a llegar a los 20.000 millones en 2020. “Al coinvertir en cantidades elevadas en nuestros fondos y estrategias creamos un alineamiento de intereses mucho más fuerte que otras gestoras y eso genera la confianza de los inversores”, señala Mathieu Chabran.

¿Las señas de identidad? La confianza en su criterio, el pensamiento original y la huida de lo que hace el rebaño.

“Somos orgullosamente independientes”, dice la consigna de la firma. “Y nos encanta la libertad que eso nos da”, añade. La contratación hace unos meses del ex primer ministro francés, François Fillon, en plena polémica por las acusaciones sobre la presunta contratación de familiares para puestos ficticios es uno de los ejemplos, pero no el único.

Salto a Madrid

Su último paso ha sido desembarcar en España, aunque Tikehau Capital no es una recién llegada al país. La firma francesa de inversión y de gestión de activos lleva desde 2014 con el territorio nacional en su radar. Ha vigilado las oportunidades, ha materializado varias inversiones en empresas a través de su fondo de deuda privada y ha encontrado inversores para sus vehículos y fondos.

Pero ahora quiere ir más allá y lo hará con un equipo propio y desde una oficina en el corazón financiero de Madrid. Ahí ha reunido a cinco profesionales, con Carmen Alonso al frente, que serán siete cuando amanezca 2018 y que desarrollarán los dos negocios de Tikehau: conseguir inversores para los fondos que tienen y que están levantando en el campo de la gestión de activos y encontrar oportunidades de inversión.

En este último campo, la firma seguirá apostando por la financiación de empresas por la vía de concederles deuda de forma alternativa o complementaria a la banca y tendrá que estrenarse en las dos estrategias que desarrolla en el resto de mercados donde está, pero que no ha puesto en práctica aún en España: capital riesgo e inmobiliario.

“Este año hemos hecho dos operaciones con el fondo de deuda en España (la financiación a Terratest y la aportación de fondos a Portobello para comprar Centauro Rent a Car). Ahora estamos evaluando inversiones de capital de crecimiento y real estate y esperamos poder cerrarlas en 2018”, señala Alonso, responsable para España y Portugal.

“España es el país que más crece en Europa ahora mismo”, destaca Friedberger para explicar por qué España y por qué en este momento. Y ello a pesar de que el crecimiento nacional ha hecho que mucho dinero ponga sus ojos en el país y eso esté teniendo su reflejo en las valoraciones. “Los precios están altos y las operaciones en España son caras, como en el resto de los mercados”, reconoce.

Pero Tikehau no tiene prisa. “Para nosotros no es un problema si no hacemos muchas operaciones enseguida. Somos inversores value, a largo plazo y queremos acertar. No estamos diciendo que no sea el momento de invertir en España, sino que hay que ser selectivos y disciplinados”, afirma el director general. “Por eso tenemos un equipo local, que nos permite encontrar las buenas oportunidades y saber navegar la situación”, añade Alonso.

Las diferentes fórmulas de inversión que tiene en sus manos Tikehau hacen más fácil su entrada en el mundo corporativo. “Tenemos una estrategia flexible para invertir porque las empresas pueden necesitar capital o deuda y también en este último caso los instrumentos pueden ser distintos. Nuestras diferentes estrategias de financiación nos permiten ser muy flexibles”, remarca su fundador.

Por Inés Abril / Expansión

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