Las grandes gestoras de fondos de capital con sede en Barcelona confían en captar este año alrededor de 1.100 millones de euros para invertir en empresas. Esa es la cantidad con la que ya cuentan entre firmas como Abac Capital (320 millones), que esta semana ha cerrado su primer fondo, y otras como Black Toro Capital (hasta 400 millones); Meridia (150); Nauta Capital (150); e Ysios (más de 100), que tienen muy avanzados sus procesos de fundraising o captación de fondos.

A los importes que confían alcanzar estas gestoras aún habría que añadirle, por lo menos, otros 150 millones del fondo Aurica III, de los que la mitad los pondrá BS Capital, de Banc Sabadell, y el resto, un grupo de inversores institucionales. En total, las gestoras catalanas se dotarán de fondos por más de 1.200 millones de capital fresco para invertir en las empresas. Es una cifra muy relevante: las gestoras del resto de España solo captaron unos 1.000 millones el año pasado, según fuentes de Ascri, la principal asociación del sector del capital riesgo en
España.

“Los fondos ayudan mucho a las empresas a pasar a la siguiente fase de crecimiento, las profesionalizan y disciplinan mucho; el hecho de que las gestoras estén aquí genera mayor empatía y seguro que habrá más operaciones”, comenta Javier Menor, socio de M&A y Private Equity de Baker & McKenzie Abogados en Barcelona.

En los noventa, Catalunya contó con algunos de los fondos de capital pioneros en España, entre los que se encontraban Catalana d’Iniciatives, controlada por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Y también con algunos fondos extranjeros importantes, como 3i, Carlyle y Apax, que abrieron oficina en la capital catalana y realizaron muchas de sus operaciones en el tejido económico catalán. En los años de la burbuja crediticia se constituyeron otras gestoras, como Nauta (2004), Suma Capital y Miura (ambas del 2007) e Ysios (2008). Fueron afortunados en poder captar fondos antes del estallido de la crisis, aunque tuvieron también la dificultad de gestionar sus carteras en el peor momento.

En esos años, y por circunstancias diversas, algunas gestoras internacionales, como Apax y 3i, dejaron Barcelona. Otras, como la semipública Catalana d’Iniciatives, simplemente desaparecieron, sepultadas por sus propios errores. El volumen de operaciones cayó en picado.

Ahora, el panorama depresivo empieza a ser historia. Hay nuevas oportunidades –y mucha liquidez– y los gestores que lo hicieron bien durante la crisis han levantado de nuevo muchos recursos. La mayoría de los fondos citados se centran en lo que se conoce como mid-market, es decir, las pymes de un cierto tamaño que necesitan capital para crecer, dar salida a accionistas o reenfocar o redimensionar su negocio.

“Las grandes operaciones están más atascadas por la incertidumbre política, pero en el middle market hay mucha actividad e interés de los fondos y habrá bastantes operaciones, aunque tarden más en cerrarse”, apunta Eva Abans, socia directora de EY en Catalunya.

Quienes necesiten capital tienen donde elegir por la abundancia de fondos y sus especializaciones. Además, las reservas con las que los empresarios veían a los fondos de capital hace años se han matizado mucho. “Cuando empecé hace 17 años tenía que explicar qué era el capital riesgo; ahora no hace falta, nos centramos en hablar de nuestra aportación y de cómo la materializaremos”, dice Oriol Pinya, de Abac. Las dos operaciones realizadas por este fondo en los últimos meses son similares. La primera, de agosto del año pasado, supuso la compra del 100% de la empresa de recambios Metalcaucho. En octubre, adquirió un paquete mayoritario en Figueras Seating. En ambos casos se trata de invertir para hacer crecer las empresas y sacarlas a bolsa o venderlas dentro de unos años.

Todos los fondos realizan una declaración de principios parecida. “Queremos coger buenas compañías y ayudarles a convertirse en excelentes”, explica David Torralba, gestor del nuevo fondo de capital en Meridia. Asegura que está abierto a tomar participaciones mayoritarias o minoritarias y a darle un enfoque mucho más industrial que financiero a las operaciones: “El retorno lo buscamos más por la creación de valor que por el apalancamiento”, añade.

Pero aunque la canción suene parecida, cada fondo tiene su estrategia. Algunos lo explican muy claramente, otros, no tanto. Por ejemplo, Black Toro, que también se mueve en el entorno de las pymes, dice que el objetivo es aliarse con los directivos de empresas en “situaciones especiales”, lo que habitualmente significa que pasan por problemas de liquidez o tienen muy complicado el acceso al capital. Las cinco operaciones realizadas en el último año –Antibióticos de León, Carbures, Gas Gas, Irestal y Papeles El Carmen– encajan en este esquema. “Nuestro target son compañías bien gestionadas, pero apuradas por el motivo que sea, y crecer con ellas”, afirma Ramón Betolaza, socio director de Black Toro.

Nadie invita a los fondos por gusto. La oportunidad de los fondos para entrar en las pymes viene dada por la escasez de crédito –sobre todo, cuando ya no se pueden ofrecer más garantías– o la imposibilidad de ampliar capital. Y esto afecta a buena parte de las empresas medianas, pero, sobre todo, a las que son algo más pequeñas, por las que suelen interesarse gestoras de fondos como Suma Capital o Nauta. La primera –con 90 millones gestionados entre venture capital, eficiencia energética y crecimiento– invierte del orden de 8 o 10 millones por operación. Nauta busca compañías aún más pequeñas a las que destinar, por la vía de ampliaciones de capital, entre 500.000 euros y 4 millones. Esta gestora espera cerrar después del verano su nuevo fondo, con entre 100 y 150 millones.

El apetito de los inversores alcanza por último a los fondos que se especializan en empresas que dan sus primeros pasos, como las tecnológicas o las farmacéuticas. Esa es la especialización de Ysios, que está liquidando su primer fondo (de 70 millones) con muy buenos resultados y ahora logrará sin problemas más de 100 millones para el segundo, que se cierra en septiembre. “Percibimos que los inversores empiezan a considerar la inversión alternativa como una buena opción de ganar dinero y eso es muy bueno”, asegura Joe Sanfeliu, socio de esta firma.

Con tantos recursos disponibles, el riesgo es que la necesidad de invertir lleve a las gestoras a equivocarse. Fernando García Ferrer, socio responsable de Private Equity de KPMG en España, no cree que suceda esto: “Es verdad que hay más fondos y están mucho más especializados, pero todos son muy rigurosos a la hora de analizar una potencial transacción”. Eso no les inmuniza, pero aumentan sus posibilidades de éxito. Para saber si lo alcanzan habrá que esperar unos cuantos años...

Los nuevos fondos de capital de las gestoras con sede en Barcelona

Entre finales del 2015 y lo que queda del presente ejercicio, cinco grandes gestoras de fondos de capital con sede en Barcelona han logrado o están en vías de conseguir de los inversores institucionales y family offices alrededor de 1.100 millones de euros. Además, Banc Sabadell también está constituyendo su nuevo fondo de capital con otros 150 millones. En total, más de 1.200 millones de euros movilizados para invertir en empresas necesitadas de recursos ajenos.

BLACK TORO, 350 millones

La gestora dispone ya de 133 millones del fondo Black Toro II. En julio hará un primer cierre en los 250 millones y a finales de año confía en alcanzar los 350 millones. El fondo invierte en empresas en procesos de cambio, como Gas Gas, Carbures, Irestal, Antibióticos de León y Papeles El Carmen.

ABAC CAPITAL, 320 millones

Abac Capital ha cerrado, de momento, el fondo del año. Los 320 millones logrados por la gestora que dirige Oriol Pinya constituyen el mayor importe levantado nunca por un primer fondo en Catalunya. Ya ha invertido en dos compañías: Metalcaucho y Figueras International Seating.

MERIDIA, 150 millones

El grupo gestor comandado por Javier Faus se diversifica. Los tres primeros fondos estaban destinados al inmobiliario y el sector hotelero. Ahora está en fase de cerrar el Meridia Private Equity I, con entre 125 y 150 millones, para entrar en empresas medianas y ayudarles a crecer.

NAUTA CAPITAL, 150 millones

La gestora lanzó en septiembre del 2015 su segundo fondo de venture capital, que prevé cerrar en la segunda mitad del año con entre 100 y 150 millones de euros. El nuevo fondo ya ha realizado cinco inversiones y entrará en alrededor de veinte más en los próximos años.

YSIOS, 100 millones

Tras el Ysios Biofund I, con 69 millones de capital invertidos en 12 compañías, la gestora está en pleno proceso de levantar su segundo fondo –Ysios Biofund II Invierte–, que espera cerrar en septiembre con más de 100 millones. Ysios está especializado en biomedicina.

Por Lalo Agustina / La Vanguardia

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