IriusRisk, la startup española que desarrolla una plataforma para ayudar a los desarrolladores a prevenir brechas o agujeros de seguridad en sus códigos, acaba de levantar cerca de 6 millones de euros en una ronda de financiación Series A liderada por Paladin Capital Group.
Con esta ronda, la compañía que mantiene a su equipo en Huesca pero ya ha abierto oficinas en Reino Unido y Estados Unidos espera seguir profundizando en su internacionalización. En concreto, han levantado 6,7 millones de dólares, que al cambio actual son más de 5,7 millones de euros.
En la ronda de financiación han participado Paladin y 360 Capital junto con los inversores que ya estaban presentes en rondas previas, como Swanlaab Venture Factory, JME Ventures y Bright Pixel, parte del gigante portugués Sonae IM.
"Estamos entusiasmados con la idea de continuar creciendo con el respaldo de firmas líderes en el capital riesgo como Paladin, 360 Capital y el resto de inversores", han asegurado los cofundadores, Stephen de Vries y Cristina Bentué. "Su apoyo permite a IriusRisk seguir expandiéndose mientras ofrecemos a nuestros clientes, como Redhat o Axway, soluciones que aceleran la adopción de herramientas para la detección automática de amenazas".
"Hemos aumentado nuestra base de clientes a 40 clientes empresariales en Estados Unidos, Europa y Reino Unido, contando, entre otros, con algunos de los grupos financieros, industriales o de consumo más grandes del Fortune 500. Seguiremos creciendo con estos y con otros verticales, fruto de esta financiación", han destacado los directivos.
Conor O'Sullivan, el vicepresidente de Paladin, se unirá al Consejo de Administración de la startup. "El diseño seguro de aplicaciones ha sido un proceso ineficiente, especializado, lento y manual durante muchos años. Estamos encantados de asociarnos con IriusRisk en su misión para ofrecer soluciones automáticas frente a las crecientes vulnerabilidades y amenazas que se encuentran en los procesos iniciales del desarrollo de aplicaciones", ha detallado O'Sullivan.
Paladin, el fondo que ha liderado la ronda, tiene oficinas en Washington, Nueva York, Silicon Valley, Londres y Luxemburgo y centra su portfolio en compañías que desarrollan productos y servicios para "el desafío global de la ciberseguridad y de la resiliencia de infraestructuras gubernamentales y privadas". Tiene alrededor de 1.000 millones de dólares invertidos.
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