La digitalización de la banca: un paso imprescindible para su supervivencia

La digitalización de la banca en los últimos meses. Hemos visto como los principales bancos tradicionales están poniendo el pie en el acelerador hacia una mayor digitalización. De hecho, el presidente del BBVA ha sido el más claro, declarando hace unas semanas que “aquellos bancos que no se digitalicen, desaparecerán“.

No es de extrañar pues que veamos reestructuraciones y cierres de oficinas masivas entre los bancos más sólidos del país. Santander negocia un ERE de más de 1300 empleados; BBVA comunicó que cerrará 2.800 oficinas en los próximos años; el Banco de España lleva tiempo avisando que los bancos pequeños deberán ser absorbidos por los más fuertes… ¿pero esto es un problema para nosotros, ¿los clientes? Rotundamente NO.

El problema de la banca: su pesada estructura y su baja rentabilidad

La actual estructura de la banca, pesada en cuanto a empleados y oficinas, les obliga a cobrar una elevada cantidad de comisiones por cada uno de sus servicios. Históricamente la banca se ha ganado la vida con la intermediación y ahora aporta menos del 20% de sus ingresos. Este dato, junto a los elevados costes fijos que soportan, provoca que los bancos se ven obligados a cobrar una cascada de comisiones a los clientes para mantener su rentabilidad.

De hecho, esta cascada de comisiones se traduce también en la inventiva de la banca en cuanto a productos a ofrecer, siendo cada vez más proactivos en la venta de televisores, viajes, teléfonos, etc. De hecho, la fuerza comercial de la banca tradicional está muy enfocada a la venta de productos y de seguros, actividades muy alejadas del asesoramiento y productos financieros del ahorro.

De ahí que, como clientes, nos conviene esta digitalización. La desintermediación que logramos las plataformas como Arboribus en el mercado del crédito, lo logran también otras plataformas con servicios como la compra-venta de divisas, el pago electrónico, plataformas de seguros, gestores de fondo de inversión automáticos y un largo etc. Cada servicio que el banco intermedia, aparece alguna plataforma para desintermediarlo ofreciendo mejores condiciones.

La digitalización, un paso ineludible

Avanzar hacia una mayor digitalización significa avanzar hacia menores costes de estructura; estos menos costes deberían repercutir en mejores condiciones a particulares y empresas.

La máxima expresión de la digitalización la podemos comprobar mirando las plataformas Fintech, como Arboribus, que ofrecemos servicios hasta ahora exclusivamente en manos de la banca tradicional pero con mejores condiciones para los clientes finales.

Cada vez se nos hace menos extraño imaginar un futuro no tan lejano sin oficinas bancarias en cada esquina y comunicándonos con nuestro gestor por whatsapp. De hecho, muchos de los que debéis estar leyendo, si intentáis recordar cuanto hace que no pisáis vuestra oficina bancaria, posiblemente os sorprenderíais.

En medio de este panorama, las plataformas Fintech vamos cogiendo cuota de mercado, aprovechando el ineficiente sistema actual y haciendo del canal digital, no solo un canal más, sino el único canal posible. En Arboribus contamos ya con más de 1.500 inversores activos, invirtiendo sus ahorros en la web. De ellos, la inmensa mayoría no nos conocéis personalmente, sino sólo a través de la web, email o teléfono.

Mejores condiciones para los clientes

En Arboribus desintermediamos el préstamo bancario a las empresas y permitimos al inversor acceder a una inversión que no tenía accesible de forma directa. No es que hasta que llegó Arboribus no se podía invertir en préstamos a empresas; se podía, siempre se ha podido, pero te veías forzado a hacerlo a través de vehículos tradicionales con elevados costes.

Arboribus cobra un 1% anual de tarifa de gestión, que además hace explícita y transparente a todos los inversores; un fondo de inversión que invierta deuda de empresas pequeñas (similar a lo que hace Arboribus) tiene costes superiores al 2% anual. Más del doble de coste, por un servicio menos eficiente (menos transparente, menos autónomo, etc.).

Por poner un par de ejemplos, CaixaBank Small Caps cobra un 2,42% anual y Santander Small Caps un 2,11%. Estos son los costes visibles; además de estos costes, existen los corretajes de cada operación, que hasta que no se aplique MIFID II en 2018 no están obligados a mostrar (y por tanto, prefieren que no veamos).

Conclusiones

En resumen, el crecimiento de las plataformas fintech es imparable y la supervivencia de la banca tradicional pasa por una inevitable digitalización. Y esto, seguro, se traducirá en mejores condiciones para los inversores y empresas, dado que no podrán trasladarnos las elevadas comisiones que los bancos nos cobran para su actual supervivencia.

Las Fintech no son el futuro, son el presente, siendo ya muchas plataformas las que cubrimos múltiples servicios que hasta ahora ofrecía exclusivamente la banca tradicional.

Por poner un ejemplo, Harvard, a través de uno de sus fondos más famosos, ya incluye inversión en plataformas como Arboribus en EEUU. En Arboribus ya contamos con inversores de tramo institucional gracias al atractivo de la inversión.

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