Tras los últimos acontecimientos que han tenido lugar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), uno se hace la pregunta de si los mismos son normales teniendo en cuenta el alto perfil de riesgo de las compañías que operan en este mercado, o si por el contrario son anormales, en el sentido de que se han debido a fallos “evitables” en los sistemas de incorporación y supervisión de las compañías y de los diferentes agentes involucrados en el mismo como son los asesores, auditores, bancos y entidades reguladoras como la CNMV y BME.

Aunque cada caso es diferente y singular, en términos generales, podríamos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que existe un poco de cada ingrediente, es decir, es hasta cierto punto normal que este tipo de compañías esté expuesto a una alta volatilidad que justifique ese tipo de sucesos, lo que a su vez debería compensarse con una mayor expectativa de rentabilidad, pero no es menos cierto que los mismos han puesto de manifiesto que los citados sistemas de incorporación y supervisión de este mercado han fallado ostensiblemente.

Ante esta situación, merece la pena abordar dos cuestiones esenciales en relación con el Mercado Alternativo Bursátil: la primera es si tiene sentido apostar decididamente por este mercado habida cuenta de su todavía escaso peso en el sistema financiero comparado con los importantes efectos negativos sobre los inversores y ,sobre todo, la elevada alarma socio-económica que generan, y la segunda sería si el funcionamiento del Mercado Alternativo Bursátil es “mejorable” de manera que se puedan mitigar sustancialmente dichos efectos negativos.

Respecto a la primera de las cuestiones, debemos mencionar que si bien es cierto que su desempeño desde su lanzamiento en 2009, ha sido más bien discreto, 33 empresas incorporadas a este mercado, incluyendo los segmentos de empresas en expansión y el de SOCIMIs, y una financiación captada de €307 millones, frente a las más de 500 incorporaciones y una financiación captada superior a €30.000 millones en el AIM de Londres en el mismo período, no es menos cierto que su necesidad y sentido económico (macro y micro) está en estos momentos más vigente que nunca.

Las dificultades de financiación estructural y a largo plazo que siguen sufriendo las PYMES y el proceso de desintermediación bancaria a favor de los mercados de capitales que se está produciendo y fomentando actualmente en los países de la UE son dos factores que refuerzan especialmente el desarrollo de un mercado de capitales como el Mercado Alternativo Bursátil. Eso, sin considerar otros efectos positivos de gran calado como son su contribución a la profesionalización de la gestión de dichas compañías, la mejora de su notoriedad e imagen a nivel nacional e internacional y la potenciación de su crecimiento tanto interno como externo.

En relación con la segunda de las cuestiones planteadas, consideramos que quizás, en parte, por la juventud y falta experiencia de este tipo de mercados en España, se han cometido algunos fallos o errores que entendemos son en gran medida enmendables. Creemos honestamente que se hace necesaria una revisión en serio de los sistemas de incorporación y supervisión tanto de las compañías como de los agentes intervinientes. En este sentido, entendemos que los requerimientos de incorporación al Mercado Alternativo Bursátil deberían ser más exigentes tanto en términos de tamaño, actividad, trayectoria, sostenibilidad del modelo de negocio y gobierno corporativo de las compañías como del nivel de capacitación y reputación de los agentes intervinientes.

Asimismo, se hace necesaria una mayor y más eficaz supervisión periódica tanto de las actuaciones de los gestores de las compañías como de los asesores y auditores de las mismas una vez que las compañías están admitidas a cotización. Todo ello, no eliminaría del todo, ni debería hacerlo, el mayor riesgo inherente a las compañías integrantes de este mercado pero si ayudaría a evitar, o al menos reducir, la magnitud de algunos de los escándalos indicados anteriormente y, en definitiva, a favorecer un desarrollo más sólido y sostenible del mismo a largo plazo.

En resumen, creemos que el MAB tiene y debe tener FUTURO como medio de financiación, profesionalización y crecimiento de las PYMEs, así como en su capacidad de MEJORA y AUTORENOVACIÓN.

Como profesional de BDO, creo que debemos apostar decididamente por el Mercado Alternativo Bursátil, apoyados en nuestra experiencia nacional e internacional en este tipo de mercados de capitales alternativos para PYMEs, lo que además nos permite aportar nuestro granito de arena a un desarrollo más sólido y sostenible de un mercado necesario.

Autor: Eduardo Pérez | Financial-Advisory

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