Por Dolors Alvarez
El Institut Català de Finances (ICF) ha concedido en el primer semestre de este año un total de 323,2 millones de euros entre préstamos y avales, cifra que representa un descenso del 8% en comparación con igual periodo del 2014. Estas líneas de financiación han beneficiado a 787 empresas, la inmensa mayoría de las cuales (el 97%) son pymes y autónomos, según datos del organismo público, dependiente de la Conselleria d'Economia.
Los datos reafirman la reorientación de la actividad hacia operaciones de menor tamaño, con empresas que precisamente por su dimensión han tenido o están teniendo mayores dificultades para financiarse en el mercado. Se ha dado por superada, así, la fase de grandes operaciones, las que rozaban los 50 millones de euros, destinadas a promover bien proyectos considerados de interés para el país, como Spanair, o de salvamento de grandes empresas en dificultades, como La Seda o Husa.
Aunque el importe total ha disminuido, el número de operaciones (préstamos o avales) ha crecido un 8 por ciento, hasta un total de 1.105. Eso se explica porque una misma empresa puede obtener más de un instrumento de financiación, un crédito y un aval, por ejemplo. El importe medio por operación es 311.000 euros y esta financiación ha permitido crear o mantener más de 28.300 empleos, según fuentes de la institución, que tienecomo consejero delegado a Josep Sanromà.
Uno de los datos más positivos, que confirmarían la reanimación de la actividad empresarial, es que el 82% de los créditos y avales es nueva financiación, es decir, no se trata de refinanciaciones de empresas que no pueden hacer frente a las condiciones pactadas con anterioridad. El número de operaciones de refinanciación se ha reducido un 25% respecto al primer semestre del 2014, y el importe de las mismas ha bajado un 53%.
En cuanto a los resultados, fuentes de la entidad señalaron que el beneficio se mantiene en línea con lo presupuestado con 5,7 millones de euros en el primer semestre, un cifra positiva si se tiene en cuenta que en el conjunto de todo el l 2014 el beneficio fue de 7,9 millones. Las mismas fuentes subrayaron que ha habido una importante mejora del rendimiento de las operaciones, al tiempo que se ha optimizado el coste del endeudamiento. Y es que el ICF no se financia a través de los presupuestos de la Generalitat, sino que debe obtener sus recursos en el mercado.
A 30 de junio, el ICF presenta una ratio de solvencia del 30,8%, por encima del mínimo del 8% exigido al sector financiero, gracias, entre otras cosas, a la reinversión de los beneficios, según fuentes de la entidad. La tasa de morosidad alcanzar el 15,2%, por encima de la medida del sector, lo que se explica por el tipo de operaciones que financia. En cualquier caso, prevé rebajar la tasa al 14% a finales de año, y cuenta con una ratio de cobertura del 65%.
El ICF, que este año cumple 30 años y acumula desde su fundación casi 49.000 operación de crédito por más de 11.500 millones de euros, se encuentra en pleno proceso de transformación con el objetivo final de convertirse en un banco. De momento, la Generalitat ha cambiado la normativa referente a su gobernanza, de forma que en el consejo de administración serán mayoría los consejeros independientes y no los representantes del Gobierno catalán como hasta ahora. Las tres últimas incorporaciones han sido Mercè Domingo, exdirectiva de Sara Lee, Vígínia Verger, exsocia de PWC y exinspectora de Hacienda, y Francesc Casas, consejero de la empresa Achieve y patrón de diversas fundaciones. Desde hace un año el ICF forma parte de la Asociación Europea de Bancos Públicos (EAPB) y su consejero delegado, Josep Sanromà, forma parte de su junta directiva.
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