El confinamiento obligatorio impuesto por el Gobierno ha derivado también en un “confinamiento económico”, en el que las cadenas hoteleras, sin distinción de tamaño, se están viendo obligadas a llevar a cabo una reevaluación del Plan de Negocio de la compañía. Como explica desde Deloitte a HOSTELTUR además de las cadenas, también los inversores están en etapa de evaluación y “están evolucionando en paralelo a la evolución de la Covid-19”. Pese a que se atraviesa una crisis sin precedente, el sector sigue siendo “muy atractivo” y nada hace prever que se pierda el interés “en una industria que ha demostrado resiliencia”.

El último Barómetro de Empresa de Deloitte, planteaba que a un mes de la declaración del estado de alarma en España a raíz del coronavirus, las previsiones sobre la recuperación de las variables macroeconómicas “se retrasan al menos hasta el primer semestre de 2021, fundamentalmente en lo que se refiere a ingresos por turismo”. La actividad estará condicionada, más que cualquier otra, al levantamiento de las restricciones de movilidad pero principalmente a la confianza del consumidor.

Pese a ese escenario, los directores de Financial Advisory de Deloitte, África Palau y Marc Molas, plantean que la situación es diferente a la crisis de 2008, porque “tenemos un sistema financiero más robusto y por lo tanto, el credit crunch de la crisis del 2008, no debería ser ahora una limitante en la recuperación”. La actual, explican, es una crisis de demanda por lo que “en la medida en que la confianza del consumidor se vaya recuperando, la demanda irá aumentando y por lo tanto se irán paliando los efectos de la misma”, aunque reconocen que esto estará sujeto a la aparición de una vacuna contra al virus.

Como era previsible, la crisis sanitaria ha abierto un paréntesis en el mercado inversor pero ambos afirman que “esta situación no debería hacer perder el interés en una industria que sin duda ha demostrado resiliencia en el pasado”. De hecho, “la pandemia COVID-19 se ha producido en un momento de mucha liquidez en el mercado y, por lo tanto, es esperable que la vuelta progresiva a la normalidad reactive las operaciones corporativas”.

Planificación en tres fases

La consultora plantea que tanto las cadenas como el mercado de inversión hotelera están llevando una planificación en base a tres fases.

La primera la de “confinamiento económico”, en el que las cadenas hoteleras comenzaron a reevaluar el plan de negocio y a considerar nuevos niveles de actividad por zona y por mercado emisor. También a estudiar en profundidad sus niveles de deuda finales y desinversiones realizadas y/o realizables en el corto y mediano plazo, y a ver potenciales inversores.

Deloitte observa que en esta etapa, en el mercado de las inversiones hoteleras M&A (transacciones y adquisiciones) se ha “parado transitoriamente las transacciones en curso”, pero ante posibles desinversiones para ganar liquidez, los compradores “están evaluando los recursos disponibles para invertir en el corto y mediano plazo y empezar a definir la nueva estrategia”.

La fase dos es de “reinicio de actividad” y, como señalan los expertos, en ese estadio las compañías hoteleras volverán a “reevaluar las necesidades de working capital, según se vaya desarrollando la recuperación”.

En este punto entrará en juego “la gestión de reclamaciones y resolver las negociaciones existentes con proveedores y clientes”. La vuelta gradual a la normalidad también implicará “reconsiderar las políticas de gasto” y reevaluar “procesos de refinanciación, préstamos puente y ampliaciones de capital”.

En caso de tener “tensiones de liquidez” es probable que las cadenas vuelvan pensar en la venta de activos y habrá “inversores muy oportunistas empezando a analizar operaciones en el marco de este nuevo entorno de mercado”.

La tercera fase que planten es la de "estabilización de la demanda e inicio de la recuperación", que no se sabe cuánto tardará en llegar. Aquí se prevé que las compañías hoteleras lleven a cabo una “desinversión de activos no estratégicos, Sale & Lease Back ("venta y arrendamiento”), activos libres de operador para maximizar el precio y la entrada de socios en el capital de la compañía”. Y por otro lado “operaciones corporativas: fusiones y/o absorciones”.

En cuanto a la tipología de los inversores, Deloitte señala que “es previsible que los value added investors se incorporen rápidamente al mercado si las cifras de ocupación acompañan, mientras que los inversores Core Plus y Core probablemente estarán a la expectativa y se activarán en el momento en que el marcado se estabilice”. También habrá inversores financieros con óptica a largo plazo “perfil Family Office para activos en rentabilidad” e inversores privados.

“En un entorno de recuperación de flujos de caja y con mayor certidumbre sobre la evolución futura de la pandemia se deberían mantener estables las yields y por tanto el valor de los activos” y concluyen diciendo que si bien “las oportunidades de inversión las determinará la evolución del mercado”, es previsible que los hoteles en la península estén en el radar de los inversores, justamente porque la conectividad será clave en la recuperación.

Por Taiana González, periodista de Hosteltur

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