La manera de financiar una operación en M&A depende fundamentalmente de qué tipo de operación se trate. La diferencia principal es que en una fusión, a diferencia de una adquisición, no se produce ningún desembolso de efectivo.
Aunque no exista un desembolso de efectivo y por lo tanto no exija directamente la generación de liquidez, cualquier fusión entre dos empresas tiene un impacto importante sobre la estructura financiera de ambas. Lo más habitual es que la fusión sea la primer etapa de una estrategia a largo plazo que sí que necesitará más liquidez y, por lo tanto, nuevas formas de financiación.
La adquisición de una empresa por otra puede realizarse de dos modos:
Cuando la participación que se desea alcanzar es de menos del 30% en la empresa objeto de la compra.
En este caso no existe ninguna obligación en cuanto al tipo de financiación que se puede utilizar, que está sujeta al libre acuerdo entre ambas partes. En cualquier caso, la opción más habitual es la financiación a largo plazo.
La OPA es obligatoria cuando se aspira a alcanzar una participación del 30% o más en la empresa adquirida. En ella se prevén unos pasos preestablecidos y controlados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV):
Independientemente de que se trate de una fusión o de una adquisición por oferta privada de adquisición o de una OPA, existen para la empresa adquiriente diferentes maneras de financiar su necesidad de liquidez. Las dos principales son:
Es una financiación a corto plazo cuyo objetivo es hacer frente a las necesidades originadas por la necesidad de liquidez. Sin embargo, obliga a tener estructurada y acordada una fórmula de refinanciación de la deuda en una modalidad a largo plazo, o cierre de la misma. Esto puede hacerse mediante:
Algunas aproximaciones posibles a largo plazo son la deuda, los bonos con rating o sin rating, los bonos convertibles…
En este tipo de operaciones se pueden dar dos casos: que los accionistas de la compañía adquiriente aporten una deuda con garantía o sin garantía. Estas opciones son conocidas como financiación con recursos o sin recursos. En caso de que no existan recursos, la financiación resultará más cara.
Por Álvaro Mendiola