Los cultivos permanentes suponen una alternativa que, con una atractiva relación entre rentabilidad e impacto, contribuyen a la diversificación de una cartera, gracias a la prácticamente nula correlación que este tipo de activos tiene respecto a la inmensa mayoría de clases de activos.

La agricultura ha sido y será uno de los principales mitigantes tanto de la pérdida de biodiversidad como de los efectos del cambio climático. Las técnicas agrícolas más novedosas están ofreciendo niveles de productividad superiores, mejores magnitudes de fijación de CO2 y evitando un uso excesivo de recursos hídricos, ya que gracias a sistemas de sondado de las plantaciones es posible monitorizar el estado de los cultivos y satisfacer de manera precisa el volumen de agua y nutrientes necesarios para garantizar el correcto crecimiento de la planta.

Asimismo, hoy en día, es posible utilizar fuentes de energía 100% renovables en la operativa de estos cultivos, así como llevar a cabo políticas de cero residuos que favorecen especialmente la calidad del terreno. La incorporación de estas técnicas agrícolas tiene como resultado infraestructuras más eficientes a largo plazo y en una mejora del impacto generado por este tipo de proyectos.

Desde el punto de vista de la inversión, los cultivos permanentes suponen una alternativa que, con una atractiva relación entre rentabilidad e impacto, contribuyen a la diversificación de una cartera, gracias a la prácticamente nula correlación que este tipo de activos tiene respecto a la inmensa mayoría de clases de activos.

Todo ello, guardando una alineación con objetivos de desarrollo sostenible relacionados con el hambre cero, acción por el clima, agua limpia y saneamiento o el uso de energía asequible y no contaminante.

En términos de retorno, en la inversión en agricultura sostenible los factores rentabilidad y sostenibilidad se alinean prodigiosamente y el resultado es que el esfuerzo por mejorar la sostenibilidad del proyecto previsiblemente revertirá en una rentabilidad financiera más atractiva.

Beka Asset Management, en colaboración con Bolschare, uno de los operadores agrícolas más sofisticados de la Península Ibérica, pone a disposición de los clientes, el Beka & Bolschare Iberian Agribusiness Fund, FCR, un fondo de inversión de private equity, pionero dentro de la inversión colectiva, orientado al sector de la agricultura y con un elevado compromiso en materia ESG.

El objetivo de este fondo es la adquisición, gestión y explotación de plantaciones agrícolas dedicadas a distintos tipos de cultivos en España y Portugal.

El atractivo del sector agrícola y la resiliencia del mismo a los ciclos económicos, hacen de este un proyecto con visibilidad de flujos de caja a largo plazo.

MÁS INFORMACIÓN: Beka & Bolschare Iberian Agribusiness Fund, FCR

Borja de Roda, Partner - Senior Director. Asset Management

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