Por Elena Arrieta / Expansión
Las escuelas de negocio han encontrado en las 'start up' fundadas por sus exalumnos un nuevo indicador de calidad del que jactarse. Según un reciente artículo de 'The Wall Street Journal', a medida que los MBA centran sus programas en la constitución de nuevas empresas, en lugar de ascender dentro de éstas, las escuelas encuentran en la cantidad de capital riesgo levantado por las 'start up' y su valoración 'premoney' una jugosa oportunidad para promocionar sus programas.
La escuela de negocios Harvard Business School, por ejemplo, empezó a rastrear el capital riesgo recibido por sus antiguos alumnos hace un año y medio, y próximamente empezará a emplear sus hallazgos en las campañas de captación de alumnos. La Columbia Business School también está redoblando esfuerzos en este sentido, aunque no es una ciencia exacta. Los datos son recabados de fuentes como Google Alerts, LinkedIn y el portal de información tecnológica CrunchBase, así como de encuentros personales con los antiguos alumnos. Sorprendentemente, Stanford, a pesar de ubicarse en pleno corazón de Silicon Valley, a escasos kilómetros de las mayores firmas de capital riesgo del mundo, dice no emplear este tipo de información con fines comerciales.
Hasta ahora, las escuelas de negocio recogían información sobre el tiempo que sus alumnos tardaban en ascender o sus salarios al iniciar y concluir los programas, cifras que se empleaban tanto en acciones de márketing como para ganar posiciones en los ránkings de terceros. Medir la trayectoria de un emprendedor, no obstante, es algo más difícil. En primer lugar, explica 'The Wall Street Journal', porque algunas no desvelan los importes de sus rondas de financiación. Tampoco suelen ser públicas las condiciones en procesos de adquisiciones y fusiones.
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