Por Francesc Peirón / La Vanguardia
De una buena idea a un gran negocio. Brian Chesky, cofundador y director ejecutivo de Airbnb, describe su empresa "como un barco gigante".
Como capitán, explica en Fortune, ha de vigilar que todo funcione en la línea de flotación, evitar cualquier cosa que pueda provocar el naufragio. Y luego ha de trabajar para poner el timón en buen rumbo.
Si fue un velero, cada vez más se asemeja a un crucero. Ayer se encontraba a punto de cerrar una ronda de financiación que le ha permitido recaudar 1.500 millones de dólares, según informó el Financial Times.
De esta manera, la empresa de alquiler de apartamentos por internet alcanzaría un valor de mercado de 24.000 millones de dólares.
Este movimiento se ha producido en unas jornadas en el que las sociedades tecnológicas están atrayendo importantes valoraciones gracias a estas rondas de financiación.
Esta circunstancia permite a Airbnb convertirse en otra compañía de economía compartida que trata de aprovechar el tremendo auge de demanda en Asia.
De cerrarse en estos términos, la empresa on line que amenaza al institucionalizado negocio hotelero lograría una aportación equivalente a la mayor conseguida hasta ahora por una empresa privada de tecnología. Facebook llegó a los 1.500 millones de dólares en el 2012, justo un años antes de su oferta inicial en el parquet bursátil.
La financiación la lidera la firma de capital estadounidense General Atlantic, con una relevante participación de Hillhouse Capital, con base en Pekín, y la inversora Tiger Global. Las tres firmas representan nuevas incorporaciones a las inversiones de Airbnb.
Este proceso de financiación se produce en un momento en el que las sociedades de internet se sitúan al frente tanto de los mercados públicos como de los privados en China y en Estados Unidos.
La oposición de los hoteleros parece aportar más fuerza a la maquinaria de Airbnb. Su evolución es más que notable y muestra la ruta que sigue el buque comandado por Chesky. Cuando hace quince meses se realizó otra ronda de financiación, la empresa llegó entonces a los 10.000 millones de valor.
Chesky considera que existen tres elementos que marcan la navegación de su barco: el producto, la marca y, sobre todo, la transformación cultural que Airbnb representa.
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