Por Sergio Saiz / Expansión

Los fondos de capital riesgo despiden 2014 como un año récord de actividad en España en la nueva etapa que emprendió el sector tras la crisis. Pero las perspectivas para 2015 son aún mejores y se prevé que sea un buen ejercicio tanto para atraer capital y cerrar nuevos vehículos de inversión, como para participar en grandes transacciones.

“Las operaciones protagonizadas por fondos internacionales son las que han sostenido el volumen de inversión durante el periodo de crisis y se seguirán produciendo por dos motivos: porque continuará el interés de los fondos extranjeros por España y porque seguirá habiendo buenas oportunidades de inversión”, explica Carlos Lavilla, presidente de Ascri y socio director de Corpfin.

En los últimos meses, varias firmas internacionales han decidido establecer una sede propia en España, lo que confirma su apuesta a largo plazo y su posicionamiento de cara a 2015. Por ejemplo, Cinven, con Jorge Quemada a la cabeza, inaugurará oficina en Madrid. Entre los que ya han desembarcado, se encuentran el estadounidense KKR o el alemán Aurelius.

“Forma parte de la normalidad que los fondos con ambición europea tarde o temprano estén en España, una vez despejadas las grandes dudas macroeconómicas; lo esperable es que lleguen más y que los que están se queden”, asegura Eduard Saura, socio director de Accuracy España.

Aun así, este experto se muestra prudente y, si bien asegura que el país “ha salido del abismo y es competitivo a nivel internacional, tampoco se espera una recuperación muy vigorosa”.

A pesar de esta cautela, lo que sí confirman los directivos del sector es el aumento de la actividad inversora para 2015, tesis que apoya el 88,7% del sector, según datos de una encuesta realizada por KPMG. Además, se percibe un cambio de tendencia en el objetivo de estos fondos.

Si hasta hace poco los activos tóxicos y las compañías con graves problemas eran el foco de muchos inversores oportunistas, las previsiones apuntan a que ahora serán las empresas familiares las principales destinatarias de la atención de los inversores, tanto nacionales como internacionales.

Saura considera que, por ejemplo, el mercado inmobiliario “ha dejado de ser percibido como una ganga y las oportunidades se analizan con cautela”. En general, los precios de las operaciones también han subido, ya que hay más candidatos interesados por un mismo activo, lo que hace que las valoraciones también mejoren.

Según Lavilla, “además de lo que viene siendo habitual en el mercado español de capital riesgo, en la apuesta por la pyme con inversiones de menos de 5 millones, habrá más operaciones en el segmento del middle market y en reestructuración de empresas en crisis”.

En este contexto, es difícil hablar de sectores estrella para 2015, ya que los inversores estables, que apuestan a largo plazo, buscan compañías más saneadas, que ofrezcan una rentabilidad más regular. Aun así, se percibe más interés en las divisiones de negocios no estratégicos de grandes empresas y en el mercado tecnológico, además del sanitario.

En lo que sí se percibe un cambio importante es en cómo se están estructurando las operaciones. Por ejemplo, el socio director de Accuracy España explica que las firmas aportan más capital y, por tanto, se trata de adquisiciones menos apalancadas. “Los nuevos fondos de deuda no son sólo alternativas de financiación, sino complementos en operaciones de equity”, explica. Es el caso, por ejemplo, de KKR, una de las firmas más activas y que acaba de fichar a Alejo Vidal-Quadras (exdirector de 3i en España). El fondo estadounidense, además de adquirir compañías, invierte en deuda, que en algunos casos convierte en capital. En Telepizza, grupo controlado por Permira, entró en el contexto de una proceso de refinanciación.

Gecina y Quirón, claves en la recuperación

La puja por Deoleo, en la que compitieron cinco ofertas y en la que finalmente se impuso el fondo británico CVC, ha supuesto un punto de inflexión en el sector del capital riesgo. Tras varios años de sequía, en los que los procesos de venta se llegaban a cancelar por falta de candidatos, vuelve a despertar el interés por invertir en España. Aunque los datos todavía están lejos de las cifras multimillonarias que se manejaban en 2007, la competencia por los activos saneados ha impulsado el precio de muchas compañías.

En gran parte, esto se debe no sólo a la llegada de nuevos fondos internacionales, como el sueco EQT, hasta ahora prácticamente desconocidos en España, sino a la mejora en la actividad de captación de fondos. En los últimos meses, las firmas de capital riesgo españolas han conseguido levantar prácticamente 3.000 millones de euros. Por ejemplo, el de Portobello, con 337 millones, es uno de los más grandes que ya se han cerrado, aunque Magnum está preparando su segundo vehículo, con el que prevé captar 500 millones de euros.

A falta de cifras a cierre de ejercicio, en los nueve primeros meses de 2014 se alcanzó un volumen de inversión de más de 1.800 millones de euros, lo que supone un incremento del 39% respecto al mismo periodo de 2013, según datos de Ascri y EY.

Bolsa

Aunque ha mejorado el número de candidatos que se interesan por los activos en manos del capital riesgo, estas cifras han experimentado una gran mejoría gracias a la Bolsa como canal para desinvertir. En 2014, debutaron en el parqué Applus+ y eDreams Odigeo, en manos de Carlyle y Permira, respectivamente.

Tal y como reconoce Carlos Lavilla, presidente de Ascri, son los grandes fondos los que han mantenido el ritmo de inversión. Mientras que en los años de crisis se mantenían entre cinco y siete operaciones por encima de los cien millones de euros, en 2014 el número de grandes transacciones prácticamente se ha multiplicado por dos.

Por volumen, las pymes son las que se llevan la mayor parte de la inversión, sobre todo en aquellas transacciones por debajo de los cinco millones de euros, lo que hace del capital riesgo una de las principales fuentes de financiación para emprendedores y pequeños empresarios.

Además, es de esperar que esta tendencia siga en aumento, sobre todo tras los últimos cambios legislativos introducidos, que flexibilizan el régimen jurídico al reducir las cargas regulatorias y administrativas para aquellos fondos que destinen al menos el 70% de sus recursos a pymes.

Legalmente, también se ha abierto la vía a constituir fondos de deuda y se han rebajado los requisitos para poder convertir los créditos en capital. A eso se suma la puesta en marcha del vehículo público FondICO, al que ya han acudido 23 fondos, tanto españoles como internacionales. Desde su puesta en marcha, ha levantado cerca de 2.000 millones de euros en capital riesgo.

Fuente: Expansión

http://www.expansion.com
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