Por José Orihuel / Expansión

Otra start up tecnológica se ve abocada al concurso de acreedores. La firma barcelonesa Yuilop, que opera con la aplicación para dispositivos móviles UppTalk, se ha declarado en concurso voluntario después de más de tres años y medio de trayectoria empresarial.

La empresa fue fundada por dos exdirectivos de la operadora holandesa de telecomunicaciones KPN, Joschen Doppelhammer y Tono Brusola, y ha recibido una inyección acumulada de unos siete millones de euros por parte de fondos de capital riesgo españoles y extranjeros, así como de instituciones públicas.

Entre los socios inversores de la tecnológica está la firma catalana de capital riesgo Nauta Capital, que aportó un millón de euros a finales de 2010 y que reinvirtió en la compañía en mayo de 2012 con un desembolso adicional de 1,2 millones de euros. El fondo ruso Bright Capital y el alemán Shortcut son también accionistas de Yuilop.

Con más de cinco millones de usuarios en países como Alemania, Italia, México, Estados Unidos y España, UppTalk ofrece servicios gratuitos de telecomunicaciones de voz y SMS. Según explica la compañía en su web, esta app "permite llamar virtualmente a cualquier parte del mundo de forma gratuita o a través del uso de un sistema de créditos".

Ajuste de plantilla

En paralelo al proceso concursal, la empresa –que no dio ayer detalles sobre su situación– ha planteado un ajuste laboral mediante un expediente de regulación de empleo (ERE) para una parte de la plantilla. Según los últimos datos disponibles, Yuilop contaba con unos cuarenta empleados repartidos entre las oficinas de Barcelona y Murcia –que concentraban la mayoría de la plantilla– y la de Nueva York. En 2012, Yuilop facturó 958.760 euros y perdió 1,82 millones de euros.

Según fuentes cercanas a la start up, Yuilop cuenta con un producto y un modelo de negocio atractivos, pero complejos, y se ha visto castigada por la insolvencia de algunos clientes relevantes –básicamente, operadores de interconexión–, que ha coincidido con una fase de crecimiento internacional.

Los principales acreedores de Yuilop son entidades públicas que dieron en su día créditos a la firma, como la empresa estatal Enisa. A finales de 2012, la firma tenía unas deudas a largo plazo de 1,41 millones; el pasivo a corto plazo era muy reducido.

El concurso podría desembocar en la venta de la unidad productiva de la tecnológica, según las mismas fuentes.

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