La pujanza que vuelve a tener el negocio pesquero, con volúmenes de capturas en Europa que ya no se recordaban, y la demanda mundial creciente de proteína de pescado convierten al sector de procesado (conserveras, congelados y precocinados) en el objeto deseado de multinacionales y fondos de inversión.
Dinero llama a dinero, y no hay inversor deseoso de rentabilizar su líquidez que se resista a cifras como las que presenta el sector del congelado en Galicia: 143 empresas (el 38,6% del total de España); 4.236 millones de euros de facturación (42,7 % del total) y 6.510 empleos (36,3 % ).
Son datos del informe de la industria y comercialización de productos pesqueros, que ayer presentaron sus autores, el Consorcio de la Zona Franca de Vigo y la agrupación de empresas Conxemar, y que demuestran la potencialidad del negocio.
El proceso, ya patente en la conserva, irá a más, según avanzó José Luis Freire, presidente de Conxemar. «La pesca se ha puesto de moda. El peso de los fondos de inversión en el sector, y la tendencia a la concentración, van a seguir con más fuerza en los próximos años», afirmó.
Fondos al acecho
Entre las operaciones inminentes está la venta del 55 % de la viguesa Iberconsa, por parte de Portobello Capital. Blackstone, KKR, BC Partners, Ardian o CVC Capital Partners son algunos de los aspirantes a controlar Iberconsa. La operación incluiría una segunda fase en la que el objetivo giraría hacia Nueva Pescanova, controlada por la banca, con un compromiso de permanencia que vence en dos años.
El fondo del negocio está en la creciente demanda de proteína marina y la pujanza de los productos de piscifactoría, congelados o procesados «en vista de que la pesca salvaje está tocando techo y la oferta es limitada», dijo Freire.
Existe interés por parte de la propia industria -que quiere consolidar y hacerse más fuerte a través de la captación de socios industriales- y de los propios fondos de capital riesgo, que ven en la pesca un negocio seguro y de crecimiento.
El sector gallego compite a nivel mundial y, en opinión de Freire, el futuro de esta industria pasa por el asociacionismo (con Conxemar como gran referente), la formación, adaptando empresas y personas al entorno digital, y las garantías de aprovisionamiento de materia prima, «algo cada vez más complicado» dijo.
Costes eléctricos, combustible y empleo frenan la competitividad
De manera conjunta, el informe de Conxemar refleja que en España existen 603 empresas dedicadas a la industria y la comercialización de congelado y conserva, que facturaron 12.992 millones en el 2016 (último ejercicio fiscal computado por el servicio de estudios Ardán de la Zona Franca). Estas firmas generaron 28.373 empleos directos.
El valor añadido bruto computado sumó 1.405 millones en este período, un 11 % más en comparación con los 1.261 millones de euros creados en el 2015 por las mismas empresas.
«Como sector, tenemos el desafío de liderar este crecimiento sostenido, elevando la calidad de nuestros productos al máximo nivel, haciéndolos cada día más sostenibles y demostrando el compromiso de nuestras empresas con la excelencia», dijo Freire, que también habló de amenazas que pueden restar competitividad, como es el caso de los costes de producción. «Tenemos la electricidad y los carburantes más caros de Europa, si exceptuamos Chipre y Malta», afirmó el presidente de Conxemar, que aprovechó para lanzar una llamada de atención a la Xunta para implantar «algún tipo de ayuda» que permita competir.
Sobre el convenio colectivo de empresas de elaboración de productos del mar, actualmente estancado, Freire, que ha incidido en que es necesario «bajar costes lo máximo posible para poder competir», se mostró convencido de que habrá acuerdo. «Porque estamos en el mismo barco», dijo, y citó de ejemplo al sector de la automoción, en el que muchas empresas se han trasladado a Portugal y Marruecos.
M. Sío Dopeso / La Voz de Galicia
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