Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, en el mundo existen 600 millones de trabajadores independientes que ofrecen servicios tan diversos como trabajos de albañilería, pintura o clases de idiomas, entre otras. “Sin embargo, en plena sociedad digital, no es fácil encontrar en la red a gente de confianza para que, por ejemplo, haga de canguro de tus hijos o les dé clases de inglés a domicilio”, explica Nicolás Espinosa, que motivado por dar solución a esta problemática se embarcaba, hace 6 meses junto a otros dos ingenieros informáticos, y con una inversión inicial de 26.000 euros, en el lanzamiento de Heygo.
Se trata de una aplicación móvil que ellos mismos definen como “el Wallapop de los servicios”, ya que permite ofrecer y demandar servicios en un radio de unos 20 kilómetros a la redonda del usuario. “Hasta ahora, para poder anunciar sus servicios, este tipo de profesionales recurrían a webs de segunda mano que no están pensadas para ello; pues no disponen de geolocalización, ni valoraciones de servicio por parte de los usuarios”, admite el emprendedor que califica Heygo como una app de economía on demand por y para los ciudadanos“ mediante la cual ellos mismos crean oportunidades de trabajo y soluciones a necesidades concretas”.
En tan solo un mes en funcionamiento –y con una inversión de menos de 10.000 euros en campañas de marketing digital– la app cuenta ya con más de 25.000 usuarios registrados en el panorama nacional que ofrecen y demandan servicios tan variopintos como clases de surf, de guitarra o actuaciones de mago para fiestas infantiles. La app,que es de uso gratuito tanto para los usuarios que ofrecen como los que demandan servicios, prevé incorporar en un futuro servicios de pago para, por ejemplo, destacar ofertas por encima de otras.
Heygo cerró hace unas semanas su primera ronda de inversión, por valor de 66.000 euros, en la que han invertido empresarios en serie como Carlos Blanco o Ronan Bardet, y empresas de la talla del Grupo Godó o Grupo Zeta, y ha captado 140.000 euros de inversión pública. Ahora, la startup, que forma parte de la aceleradora Conector, trabaja para conseguir una inversión de 280.000 euros (la mitad de los cuales ya están comprometidos tal y como admite Espinosa) para iniciar su aventura hacia Estados Unidos
Por Anna Cabanillas / La Vanguardia
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