Si bien las elecciones generales del 28 de abril provocarán que se retrase la futura Ley Sandbox para la transformación digital del sistema financiero, es decir, para las Fintech, ésta acabará aprobándose antes o después.

Por ahora ya se aprobó el anteproyecto referido a dicha Ley de Sandox Fintech y de cuyo contenido destacamos algunos aspectos a continuación.

En primer lugar, cabe destacar que el regulatory sandox consiste en un conjunto de disposiciones que amparan una actividad innovadora en concreto, fuera del marco regulatorio existente, para su posterior desregularización o ajuste a la regulación existente o nueva que se apruebe.

Tal y como se contempla en el anteproyecto de la Ley de Sandbox Fintech, este marco gira alrededor de tres elementos clave: i) es un espacio controlado por la administración, ii) tiene un supervisor y iii) la actividad sujeta al sandbox se regula con un esquema ley-protocolo.

En el sandbox podrán participar los proyectos que así lo soliciten mediante el procedimiento establecido. Una vez la administración haya analizado el proyecto puede decidir aprobar su participación o no. Si es así, el promotor del proyecto debe formalizar un protocolo con la autoridad competente, y en éste es donde se incluirán los términos en los que se realizarán las pruebas. Cuando se menciona el elemento ley-protocolo como clave del sandbox nos referimos a la sujeción de los proyectos autorizados tanto a la Ley de Sanbox Fintech como al específico protocolo formalizado.

Para acceder al sandbox es necesario que los proyectos aporten innovación financiera de base tecnológica y que se encuentren suficientemente avanzados. Además, deben aportar valor añadido en alguno de estos aspectos:

  1. Cumplimiento normativo,
  2. Suponer un beneficio para los usuarios de servicios financieros,
  3. Aumentar la eficiencia de entidades o mercados, o
  4. Proporcionar mecanismos para la mejora de la regulación o supervisión financiera.

Una vez se apruebe la Ley, habrá un plazo específico para presentar las primeras propuestas de proyectos a acogerse al sandbox, mediante la sede electrónica de la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional. En esta solicitud deberá acompañarse una memoria justificativa y el proyecto deberá estar suficientemente avanzado. Por ello, es importante que quienes pretendan levar a cabo una actividad comprendida en el concepto de Fintech, vayan avanzando en este camino.

Los proyectos aprobados tendrán facilidades para obtener la posterior autorización de la CNMV o Banco de España, si es que la actividad la requiriera finalmente, pero ello no supone que la vayan a obtener, pues una vez finalizado el sandbox quedarán sujetas a la normativa vigente.

Si bien, los proyectos autorizados podrán operar, los usuarios que accedan a estas actividades tendrán cierta protección adicional. En concreto, deberán ser informados previamente de los riesgos y dar su consentimiento previo. Los usuarios también podrán pedir libremente su desistimiento a las pruebas del sandbox. En cuanto a responsabilidades, los promotores del proyecto responderán de los daños causados a los usuarios. Si bien, la propia ley especifica que no se consideran daños las pérdidas que deriven de la fluctuación de los mercados.

Finalmente, cabe destacar que la Ley de Sanbox Fintech también contempla la confidencialidad de los proyectos, a fin de preservar los secretos empresariales, software y demás información reservada.

Àlex Plana Paluzie, abogado área M&A. AGM Abogados

El artículo fue publicado también en el diario Expansión

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