Prácticamente todos hemos oído alguna vez eso de que crisis es igual a oportunidad, y que alguna de las mayores empresas surgieron en momentos como este. Pero ¿sabemos realmente porqué se produce este efecto?

En situación normal siempre se plantea la lucha entre las empresas establecidas, “incumbents”, y las nuevas empresas disruptoras, “startups” como una carrera por quién llega antes: La startup a la masa de clientes, o el incumbent a la innovación que da ventaja a la startup. El principal valor del incumbent es precisamente que lleva mucho tiempo en el mercado y tiene una extensa base de clientes y línea de distribución establecida. Por otro lado, la startup cuenta con una tecnología o atributo que le da una propuesta innovadora y diferencial para tratar de entrar en el mercado, aunque carece de un circuito establecido y esa masa de clientes inicial.

En tiempos de bonanza esos incumbents emplean recursos y foco en descubrir y testear nuevas líneas de negocio, mercados y otras oportunidades, aún cuando suelen estar más centrados en su core. Pero, cuando llegan crisis como esta no hay tiempo ni recursos para nada de esto. Hay que salvar lo que se pueda del core business y centrarse en apagar fuegos. Cuando la cuenta de resultados sufre de repente, lo que antes eran unos activos ahora es una carga demasiado pesada, grandes oficinas que pagar, infraestructuras de información, salarios de equipo de ventas, departamento de innovación… El primer paso es controlar la caja y recortar gastos por todos lados, se limita la innovación y exploración, dejando campo libre y más tiempo para que la startup llegue al mercado y crezca su base de clientes.

Además de esta ventaja de velocidad, poco peso, y no cargar con un pasado, existen otros factores que propician que las startups se muevan mejor en el caos de una crisis. En situación normal, acceder al mejor talento es caro, y a veces seduce más el nombre y la carrera que puede darte una gran empresa establecida, (y el salario inicial), que la proyección y motivación de conquistar el mundo con una startup. Pero, ¿qué pasa cuando las grandes empresas no solo no contratan, sino que dejan ir (despiden) a su mejor talento joven porque llegaron los últimos? se produce un momento de mercado perfecto para que la startup pueda contratar el mejor talento al mejor precio.

Si analizamos el histórico de los mejores resultados de inversiones venture capital, las mejores añadas (símil con los años de los vinos), se producen en años que coinciden con época de crisis. Hemos comentado varios motivos por los que en estos periodos las nuevas empresas tienen más ventajas y posibilidades de éxito, estos son pues a su vez motivos para esos grandes retornos. Las crisis suelen venir rápido siempre después de un momento de bonanza, y coge a muchos fondos con capital que invertir, además de que es el momento en el que los verdaderos inversores miran las inversiones alternativas, como el venture capital, con especial interés para aprovechar la oportunidad y coger las mejores añadas que darán los mejores retornos. Por lo que el acceso a financiación tampoco es el mayor problema. La startup puede beneficiarse de un momento ideal, con mercado desabastecido, olvidado por incumbent, acceso a talento y a financiación.

Y es que si lo pensamos en el argot deportivo… cuando tu coche no es el más rápido en la fórmula 1, para tener alguna opción de ganar necesitas el caos de la lluvia y otros factores, para con valentía, buen pilotaje y algo de fortuna dar la campanada. Hoy, con COVID, es tiempo de caos, es tiempo de valientes, es tiempo de startups.

Por Enrique Penichet

Cofounder at Business Booster. iStartups investor at Sinensis Capital SCR. BigBan Angels board M. Startup Weekend Community Leader. Adicto métricas y embudos

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