Por José Orihuel / Expansión
El Institut Català de Finances (ICF) refuerza la política de apoyo al tejido empresarial mediante su participación en fondos de capital riesgo, en su mayoría de iniciativa privada.
En la práctica, esta estrategia convierte a la agencia crediticia de la Generalitat en un fondo de fondos. El ICF participa en 28 fondos y sociedades de capital riesgo, en los que acumula ya una inversión de casi 117 millones de euros. A su vez, estos vehículos tienen en su cartera 234 compañías, entre las que se encuentran empresas de comercio electrónico como Privalia, tecnológicas como Voz Telecom, biotecnológicas como AB Biotics e incluso firmas de moda, como Aïta. En 2014, estos fondos invirtieron en 33 nuevas firmas.
La política de capital riesgo del ICF se concretó el pasado ejercicio en compromisos adicionales de inversión por 9,3 millones de euros, según fuentes de la entidad que dirige Josep Ramon Sanromà. Más de la mitad del total –5,5 millones– correspondió a Suma Capital Growth Fund I, el fondo para pymes catalanas de sectores tradicionales de la gestora Suma Capital. Este importe puede elevarse hasta siete millones.
La Caixa y Healthequity
El resto de nuevos compromisos de 2014 se reparten entre Caixa Innvierte Biomed II, Caixa Innvierte Industria y Healthequity, con dos millones, un millón de euros y 800.000 euros, respectivamente. Los dos primeros vehículos están gestionados por Caixa Capital Risc, la gestora de La Caixa. Healthequity es una sociedad de capital riesgo impulsada por el Col·legi Oficial de Metges de Barcelona y Riva y García.
Este último vehículo, en el que la inversión comprometida por el ICF sube ya a cuatro millones, opera en el segmento de capital semilla. Caixa Innvierte Biomed II es un fondo de nueva creación y, al igual que Caixa Innvierte Industria –donde el compromiso total se eleva ahora a tres millones–, se encuadran en la categoría de venture capital. Suma Growth se dedica al capital crecimiento.
Este año, el ICF pretende respaldar los nuevos fondos que levanten las gestoras con sede en Catalunya, aunque no hay una previsión exacta de sus nuevas inyecciones en el sector. Una novedad es la modificación en la política inversora de Capital Expansió, un fondo de la Generalitat exclusivamente público y orientado a pymes en fase de crecimiento. La idea inicial del ICF era que este vehículo entrara en empresas con unas ventas mínimas de 10 millones, pero el umbral se ha rebajado a cuatro millones de euros.
Como fondo de fondos, el ICF está muy atento a las desinversiones que realicen los vehículos en los que participa como vía para generar beneficios. En este sentido, la entidad financiera destaca como “casos de éxito” cuatro operaciones. Se trata de la salida parcial de Scytl y Social Point por parte de fondos de Nauta Capital, y de la desinversión, también parcial, de Endosense y Biovex, dos participadas de la gestora biotech Ysios.
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