¿Impulsar proyectos o apoderarse de ideas de negocio ajenas?

Cada vez es más frecuente encontrar foros de emprendimiento, incubadoras y aceleradoras en las que la figura emergente es el “Business Ángel” (BA), tópico referido a aquel inversor que ha puesto su mirada en algún proyecto empresarial y acude presto a asesorar y “poner algo de dinero” en el mismo.

Si el “Business Ángel” de turno ha tenido éxito en alguna aventura precedente, la resonancia mediática hace de espoleta para animar a otros emprendedores a acudir a ese foro u otro donde BAs de postín se den cita.

Igualmente asistimos a una ola de nacimientos de BAs hasta la fecha absolutamente desconocidos e incluso redes de BA que procuran labrarse una imagen de aglutinadores de los mejores expertos en lanzar negocios, que supuestamente se juegan su dinero y ponen a disposición del emprendedor sus habilidades y conocimientos de gestión y, como no, su “network”.

Las asociaciones de Business Angels

Existen diversas asociaciones regionales o locales que se dicen reunir lo mejor de lo mejor de la zona, dispuestos a invertir a poco que el proyecto que les presenten sea “bueno y con excelentes personas y equipos al frente”. Normalmente el adjetivo “excelente” lo otorgan gratuitamente si van a “invertir”, después habrá que ver si lo eran. Lo del “buen equipo” es otro tópico que habitualmente no es tal porque o no han trabajado juntos antes o no son complementarios o tienen escaso conocimiento de lo que significa trabajar en equipo. Con honrosas excepciones, las menos.

Hemos entrecomillado “invertir” porque es un verbo que admite muchas acepciones: dedicarle tiempo, facilitar contactos, desembolsar dinero (¿en capital o en deuda?), etc.

En los últimos meses se han publicado noticias sobre asociaciones de BA que “han invertido junto a algunos empresarios en startups” y se congratulan del inminente éxito que van a conseguir al haber aceptado el emprendedor a la “Asociación o Red de BA” como baluarte del conocimiento y una inmejorable network de contactos profesionales y empresariales.

La experiencia nos advierte de la prudencia con la que han de interpretarse estas noticias. Por definición una asociación no es un inversor por lo que presentar la noticia como un éxito de esta como tal, es cuando menos cuestionable.

Con toda probabilidad, la asociación ha acordado con el emprendedor y con el inversor, la toma de una participación liberada a cambio de su comisión por captar al inversor y a veces un puesto de consejero dominical remunerado.

El Business Evil

En cuanto al BA es frecuente que este invierta un importe realmente reducido, y quiera controlar el desarrollo del proyecto asumiendo un papel directivo en la sombra sin responsabilidad formal alguna, pero mandando, y mucho.

Hay también BA que invierten poco o nada, pero ofrecen aportaciones no dinerarias (intangibles) a cambio de una participación societaria y hay otros que invierten, pero exigen a cambio un contrato de servicios diversos (marketing, llevanza contable, asesoramiento legal, alquiler de oficinas, etc.) “a precio de amigos” con lo que se aseguran la recuperación de la inversión y mantienen su participación societaria por si “suena la flauta”.

Hay otro tipo de Business Angel que dicen ser inversores y aceleradores de empresas al “contar” con una red de consultores especialistas, cuando realmente aportan poco dinero, tienen algún conocimiento en marketing o administración contable y legal (que no son aspectos clave) y piden a cambio un porcentaje societario. Es frecuente que estos consultores sean colaboradores externos (con los que el “equipo” del BA tiene relaciones profesionales o personales) que repercutirán sus honorarios por servicios y los cobrarán, al menos, con participaciones societarias. Son supuestos BA con “fachada web, buen rollo, chanclas y camiseta AC-DC” y por supuesto mucha capacidad persuasiva pero posiblemente sin una experiencia empresarial y profesional acreditadas y que no han dirigido una empresa en sus vidas.

También los hay que aportan un capital más relevante pero su intención es ser protagonistas del proyecto, “sin bajarse del autobús” desplazando al emprendedor, “por su bien”, a un segundo plano.

A todas estas acepciones de BA los calificaríamos de “Business Evils”.

El Business Angel auténtico

No podemos olvidar que también existen muchos BA que asumen riesgo al invertir su dinero, en una o varias rondas de financiación y que además de éste, aportan contactos relevantes, conocimiento financiero y/o sectorial, experiencia en la gestión y lanzamiento de startups.

Hay quienes conforman una red de inversores privados con pequeños tiques de inversión unitario pero cuya suma si alcanza volúmenes de capital más que interesantes para lanzar una startup o cubrir sucesivas rondas de financiación e incluso hacer un “follow up”, una nueva inversión en una pequeña empresa en la que ya participan y que requiere de más capital para crecer.

Todos estos ejemplos son Business Angels, auténticos, que asumen el riesgo, aportan ese “capital inteligente” que se precisa y no persiguen el protagonismo. Si bien, el emprendedor ha de mimarlo para mantener su confianza y hacerle ganar dinero, que es de lo que se trata.
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